FOTO LA FIESTA

LA FOTOGRAFIA DE  ARARO, COMO FUENTE DE HISTORIA

Leandro Espino Córdova

Cronista de Araro

  

LA FIESTA

La foto es de finales de los años 30s. Pertenece a la Familia Córdova-Albor y afortunadamente la compartíeron conmigo, que soy Espino-Córdova. Es decir, somos familia. La foto tiene un transfondo histórico-social muy interesante.

Para iniciar, la foto fue tomada en la Fiesta del pueblo, en La Feria, pues. La festividad que se dedica al Cristo en el segundo viernes de Cuaresma. Era la costumbre. Los fotógrafos ambulantes andaban de feria en feria haciendo por la vida. Montaban su escenario: el fondo, el piso, flores, rocas y caballos, en este caso, para que el o los niños se montaran sosteniéndolos los padres o el tío o la tía o la madrina o el padrino.

El fotógrafo con su cámara que tenía integrado un tripie y aquella tela donde metían la cabeza y el fogonazo acompañado con humo que asustaba a los fotografiados y a los mirones.

 El inicio de la Fiesta se pierde en la noche de los tiempos y no vamos a entrar en detalles históricos. El enfoque que quiero abordar es más antropológico y social. El enfoque humano de este gran acontecimiento popular que año con año sucede en Araro.

La Fiesta, en los días previos, causaba un estado de efervescencia en todo el pueblo. Siempre se esperaba con ansias por un motivo muy especial en el modo de vivir en aquellos años en que fue tomada la foto.

El motivo, es lo que se llamaba «el estreno». Sí todo mundo, o casi todo el pueblo, estrenaba: vestido, pantalón, zapatos, camisa, sombrero… Era motivo de regocijo, de sentirse bien, de que la Fiesta había sido buena… y lógicamente, un poco de dinero para «gastar», para darse un pequeño lujo, ante tantas cosas que ofrecían los comerciantes o los que vendían comida.

Artículos que en el pueblo no se conocían, cosas exóticas, raras… que invitaban a la compra. Comidas, bebidas raras traídas desde quién sabe dónde y que también te incitaban a probar. Era todo un mundo desconocido, quizás más para los pequeños.

Los «juegos», todo un mundo de diversión, sobre todo para niños, adolescentes y jóvenes.

Pero la foto nos muestra en toda su crudeza la realidad. La pobreza es la reinante. No hay estreno, no hay zapatos, no hay huaraches. Apenas el pantalón de diario, arriscado.

La mirada de los niños, serena, desconfiada y con miedo, ante lo no conocido, lo novedoso. Posiblemente era su primera foto en su vida. Un escenario que contrasta con la humildad de los que posan. Un escernario con ideas clásicas que contrastan con lo clásico de la pobreza de aquellos años en el pueblo. Pero… era la Fiesta, señores!!!!!.

 

 

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