Sustentación del cuidado enfermero

Los paradigmas de la sustentación del cuidado

Yadira Felicitas Banda Gutiérrez


Cuidar la salud, es cuidarlo todo.

Antes de entrar en el tema que sustenta el presente artículo, quisiera hacer un preámbulo para, de alguna manera, contextualizar la razón del mismo.

A lo largo de mi trayectoria profesional de más de 25 años como enfermera me he dado cuenta de que la sustentación del cuidado enfermero es, sin duda alguna, una de las actividades más gratas y reconfortantes que se puedan desempeñar. Más allá de un trabajo profesional es una vocación, que, como toda vocación, si se lleva a cabo con amor no puede menos que disfrutarse plenamente.

De la misma manera que se disfruta la vocación, también se disfrutan los sueños realizados y el presente artículo es, precisamente, uno de esos sueños.

Agradezco a la Revista UNANIMIDAD y a su director, el Maestro Tranquilino González Gómez, la confianza y la oportunidad que me brinda para compartir con sus apreciables lectores, algunos de los conocimientos y experiencias que he ido adquiriendo a lo largo de este camino que muchos llaman vida profesional o vida de servicio.

Haré hincapié en el hecho de que estas colaboraciones, en general, tienen como objetivo difundir el cuidado enfermero con recomendaciones que se pueden realizar a bajo costo, pero que son técnicamente factibles. De tal manera que, al leerlas, los lectores puedan tomarlas encuenta para mejorar su salud personal y la de sus seres queridos.

Esta publicación inicial tiene la intención de que, juntos, conozcamos dónde se fundamenta el cuidado.

Para entrar en materia, remontémonos al inicio de nuestra era. Recordemos que el cuidado nace como una necesidad de protección y cuidado al más vulnerable, posterior a ello aparecen las grandes civilizaciones donde ya hay una persona que, efectivamente, realiza las funciones del cuidado. Muchos años después aparecen las primeras enfermeras, naciendo así la era, para mí, de la fundamentación del cuidado con las aportaciones de mí teórica favorita, Florence Nightingale.

Florence fue una enfermera, escritora y estadista británica, nombrada madre de la enfermería moderna, quien, a través de su teoría del entorno y el primer mapa conceptual de enfermería, así como la publicación de su libro “Notas sobre Enfermería: qué es y qué no es” (Notes on nursing: What it is, and what it is not), publicado en 1859, es una guía para quienes ejercían cuidados de enfermería a domicilio.

La lectura de esta obra es sin lugar a dudas obligatoria para todas las enfermeras y las futuras colegas deberían establecer el compromiso de leerlo como parte de su formación profesional.

Desde mi muy particular punto de vista considero que la mayor aportación de Nightingale es la observación del cuidado, dado que ello fue el detonante que impulsó a la enfermería a ser lo que es hoy en día.

Tantas teóricas han fundamentado el cuidado, que el día de hoy podemos hablar de la era de la especialización y la era de la enfermería basada en evidencia y la practica avanzada.

Prueba de lo anterior es el hecho de que en la enfermería mexicana contamos con una Norma Oficial Mexicana NOM-019-SSA3-2013, para la práctica de enfermería en el Sistema Nacional de Salud. Esta norma, aparte de sustentar el cuidado, reconoce lo siguiente:

La enfermería es una disciplina fundamental en el equipo de salud, su creciente aportación en los procesos de mantenimiento o recuperación de la salud del individuo, familia o comunidad en las diferentes etapas de la vida, ha demostrado la importancia del papel que desempeña.

Aunado a lo anterior, y entre otros documentos normativos, existe uno que, a mi forma de ver, es uno de los más importantes. Dicho documento es el “Modelo del cuidado”. Modelo que, debo enfatizar, fortalece el proceso de atención de enfermería con el usuario, mediante la estandarización de los registros de enfermería o planes de cuidados, en unidades médicas del Sistema Nacional de Salud.

Para cerrar el presente artículo, les comparto, y retomo el objetivo de esta columna, que las publicaciones subsecuentes estarán sustentadas en un amplio fundamento teórico científico, para que, todos ustedes amables lectores, puedan realizar con un elevado grado de certidumbre, tanto el autocuidado como el cuidado de otras personas.

De igual manera, hago de su conocimiento que esta columna tendrá dos apartados principales:

  1. Fundamentación del cuidado, en sí y,
  2. Intervenciones de enfermería de bajo costo y técnicamente factibles.

Finalmente, no quisiera concluir sin antes hacer una atenta y cordial invitación a todas mis colegas enfermeras para que, a través de este espacio, compartan, también, sus conocimientos y experiencias.

 

Aportaciones, comentarios y sugerencias al correo electrónico: yadirabanda01@gmail.com

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