Por: Ricardo Espejel Cruz.
Basado en una entrevista realizada al Lic. en Historia Fermín Santos Manuel, de la Escuela Preparatoria “Cañada de los Once Pueblos”, originario de la comunidad de Carapan, municipio de Chilchota, Michoacán, el 19 de octubre de 2023.
Tradición con motivo del día de las ánimas o día de muertos en la Erachaman (Que tiene vista panorámica, que se puede observar desde ahí); en sus comunidades originarias, durante las fechas cuando se regresa el espíritu.
Un día antes del festejo, se acostumbran las familias que previamente sembraron flores de cempasúchil, las recogen por la tarde y hacen coronas con ellas, también elaboran adornos con forma de arcos, en la parte superior de los arcos por lo regular colocan una cruz decorada con la misma flor.
Los familiares de los difuntos realizan preparativos de los alimentos que le gustaban al ser querido, se toman elementos que se producen en la región y los preparan: cuecen elotes, calabazas con azúcar o piloncillo, chayotes hervidos.
Por la tarde se acude al panteón para preparar la tumba, hay algunas que no tienen decoración con material, sino es un montículo, se hacen la limpieza, se colocan los pétalos de la flor de cempasúchil y por la noche van a prender las veladoras, también hay una tradición un día antes se colocan en la puerta de la casa una corona de flor de cempasúchil para que si el alma del ser querido llega en la noche su espíritu lo atraviese.
En la mesa de su hogar dejan algún alimento o bebida que puede ser alcohólica.
El segundo día de la festividad, se celebra una misa antes de ir al panteón y todo lo que se preparó lo ponen como ofrenda, los religiosos se organizan y distribuyen parte de las ofrendas entre la gente con necesidad, como los enfermos. Otra parte de la ofrenda se lleva al difunto en el cementerio o panteón. Nunca faltan bebidas embriagantes.
El pan de muerto de las comunidades es diferente al pan de muerto porque es tradicional y artesanal, es de sal con figura que representa el cuerpo humano, este
1 Lic. en Historia, UMSNH.
se ofrece al difunto. Se hace pan en forma de corona, circular. El pan se coloca sobre la corona de flores.
Las familias se reúnen en la tumba del ser querido, se acostumbra a recordar algunas vivencias y anécdotas acerca del difunto, sobre todo aquellas que reflejan su humor, su personalidad y hacer una convivencia donde se come en la mañana o en la tarde en el cementerio o panteón. Parte de la tradición consiste en esperar a que las velas se consuman antes de poder retirarse.
En la Cañada de los Once Pueblos no se acostumbra a hacer un altar ni en la casa ni en otro sitio, se va directamente al panteón y allí se lleva a cabo la velación tradicional. No se usan cordeles, no se coloca papel picado, se usa flor de cempasúchil, nube, y una flor tiringuin tsitsiki (es la flor amarilla que tiene aroma parecido al del cempasúchil). Existe una pirekua que se llama tiringuin tsitsiki.
Infaltables son las velas y las ofrendas de alimentos, no se colocan espejos, ni sal, ni el pan de muerto comercial. El arco no corresponde con la altura del difunto, solo se hace de acuerdo con el gusto o costumbre de cada familia. La corona o el arco debe llevar una cruz en la parte superior y esta es su característica más importante.
Lo principal es velar juntos como familia, mientras se consumen los alimentos en el panteón, como parte de la convivencia con el difunto, durante el segundo día de la celebración. A diferencia de la zona del Lago de Pátzcuaro, en la Cañada de los Once Pueblos tratamos de guardar la tradición sin recibir visitantes, porque es un momento íntimo familiar, no un atractivo turístico o un espectáculo. Para darle la seriedad debida a esta costumbre, no se comparte con desconocidos, ya que es necesario ser un familiar o amigo del difunto que se está velando, es decir, haber tenido una relación cercana con la persona en velación, igual que si se tratase de un velorio normal.
Es tarea de los adultos el enseñar esta tradición a los jóvenes y a los menores de edad, para que comprendan su significado, respeten la costumbre y que ésta se transmita a las generaciones por venir.