ARARÓ

Una mirada general a su historia, fiestas y lugar

LEANDRO ESPINO CÓRDOVA

El objetivo del presente trabajo es dar a conocer en algunos de sus ámbitos más importantes a Araró. Esta tenencia del municipio de Zinapécuaro, desde los albores de su historia, ha jugado un papel fundamental en esta región y su influencia se ha extendido mucho más allá del actual territorio municipal.

Su ubicación geográfica privilegiada, entre el sistema montañoso del eje neo volcánico transversal y la región lacustre del Lago de Cuitzeo, hace que goce de la bondad de un clima templado con lluvias en verano.

La cercanía a la sierra le ha proporcionado la madera necesaria en muchos ámbitos de su vida diaria. El lago de Cuitzeo desde tiempos remotos le proporcionó el alimento por la gran variedad de fauna que alberga. De este mismo lago se aprendió a usar del tule, planta acuática de la que se producían variados artículos utilizados en la vida diaria de sus habitantes –como los petates y los sopladores— además de comercializarlos con otros pueblos.

Su zona salitrosa, que le favoreció para la producción de sal de tierra, fue otro elemento que lo mantuvo siempre en la mira de muchos pueblos. Además, cuenta con una gran variedad de aguas: fría, dulce, fría salada, tibia termal, caliente termal y a grandes temperaturas en lo que llamamos los hervideros.

Ya en la época de los p´urhépecha se consolidó como un punto estratégico en lo religioso, político y militar. Todos estos son algunos elementos que han hecho de Araró un pueblo importante y que siguen presentes en la actualidad. Razón por la cual presentamos en el presente escrito un breve panorama de esta tenencia en su historia, sus fiestas y lugares dignos de conocer.

 

Prehistoria. (¿?- 1430)

Hace no menos de 2400 años en el territorio de lo que es hoy Araró, ya había asentamientos humanos que pusieron las bases de lo que posteriormente conoceremos como el pueblo de Araró.

Lo más probable es que la gente que llegó a poblar esta región fuera una rama de los otomíes primigenios que se extendieron a lo largo y ancho de Mesoamérica. Precisar fechas es difícil. Pero a partir de los materiales culturales encontrados en la Cuenca de Cuitzeo, tenemos la evidencia de que hacia el año 400 a.C. fue poblada por grupos con una economía basada en la agricultura, aunque la caza y la pesca también fueron importantes

En la cuenca de Cuitzeo estos grupos vivieron en las márgenes donde se encuentran las poblaciones de Zinapécuaro, Queréndaro, Araró, Huingo, Coro, Tzintzimeo, Chehuayo, entre otros muchos asentamientos. La cerámica encontrada en la región de Araró nos muestra claramente la influencia de la Cultura Chupícuaro. A esta cultura se le sitúa, en términos generales, del 400 a.C. al 300, lo cual significa que para ese entonces este territorio ya estaba poblado. *

Época P´urhépecha (1430-1522)

Entre los años 1201 y 1400, el Imperio P´urhépecha se formó con el aglutinamiento de varios grupos del mismo origen étnico y lingüístico, pero que fueron llegando a la región en diferentes épocas.

Los últimos en arribar a tierras michoacanas fueron los uacúsecha, que quiere decir, “gente del águila”, y tras el sometimiento de algunos señoríos ancestrales, y la alianza con otros a través del tiempo, lograron conformar el estado P’urhépecha.

Forman así, entre los años 1401 y 1450, el Reino P´urhépecha. La expansión la encabezaron Hiripan, Tangáxoan e Hiquíngare, grandes guerreros que se formaron bajo la batuta de Tariácuri. Muerto éste, siguieron con su espíritu expansionista.

Las conquistas las hicieron con gran ostentación de su poder y aun de su ferocidad, que llenó de pavor a los pueblos y los hacía huir de los conquistadores, cuando había tiempo. En la primera etapa, se adueñaron de Huríparo, Charáchutiro, Tupátaro, Uariráscuaro, Xéroco y Cuíseo. En la segunda, por el mismo rumbo, extienden su dominio a Peuendao, Zinzimeo y Araró. En la tercera, conquistan Tacámbaro, Hurapan, Paracho, Charo, Etócuaro y Curupu-hucatzio.

Desde 1450 a 1530, el Imperio P´urhépecha se unifica bajo un solo mando. Poco tiempo duró su esplendor, pues fue interrumpido por la llegada de los españoles. Este período se extiende hasta que el último Irecha es sacrificado.

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