LA FOTOGRAFIA DE ARARO, COMO FUENTE DE HISTORIA
Leandro Espino Córdova
Cronista de Araro
El CRISTO DE CAÑA
La foto es de autor desconocido. Posiblemete sea de principio de la década de los 40s. Esta foto fue rescatadamente, fotográficamente hablando, de un retablo existente en el acervo de la Parroquia de Araro, por Leandro Espino Córdova.
Su letrero es muy significativo, pues pocas veces se encuentra ya con letras bien elaboradas. Además, distinguiéndolo con la denominación de «Señor de Araro y Milagroso», lo cual nos explica la atracción que fue creciendo en el ánimo de las personas y que se fue extendiendo paulatinamente desde su implantación en el pueblo, sustituyendo, así, a los dioses principales del Panteón P´urhépecha.
La imagen del Cristo es una obra de arte en sí, como todas las realizadas en caña de maíz, su gran belleza, la ligereza de su peso, las tonalidades del trabajo final, hacen que su realismo sea conmovedor e impresionante.
La técnica empleada por el pueblo P´urhépecha se mantuvo ya en la Época Colonial gracias al interés por recuperarla o mantenerla de los religiosos franciscanos, que fueron los primeros en entrar en contacto con este pueblo.
Pronto se dieron cuenta de la conveniencia de la técnica para fabricar las imágenes de santos y , símbolos fundamentales en la nueva religión y auxiliares en la evangelización.
La familia Cerda fue la más activa en la realización de esculturas en caña de maíz. Por eso se afirma que el Cristo de Araro, fue fabricado en el taller de esta familia en Pátzcuaro, entre los años 1545 y 1565.
Después fue traída a Araro, que previamente había sido fundado en un lugar distinto al Araro P´urhépecha que encontraron los conquistadores y frailes.
Es un cristo fijo, no plegable, como los cristos que se hicieron para representar el Santo Entierro. Nulas noticias tenemos de su fabricación, de su traída al pueblo, etc.
En algún momento, sobre todo Ramón López Lara, recogió la versión de su aparición milagrosa en la región de las Salinas de Araro. Incluso habló sobre la existencia de los cimientos de una pretendida capilla como un primer lugar de veneración del Cristo.
El párroco actual todavía alimenta esa invención y este año (2018), celebró una misa con toda la solemnidad del caso en dicho lugar. Lógicamente no hay ningún fundamento documental o testimonial para tal creencia.
Esta foto es de las más antiguas que se conocen del Cristo. Por muchos años perduró, digamos, como foto oficial. Era la única que se vendía aquí en el templo, junto con los «milagros» de bronce o de lámina, las famosas velas y cirios, pues en esos tiempos no había veladoras aún.