Mario Ensástiga Santiago
Los grandes y complicados retos y desafíos nacionales e internacionales a enfrentar en el 2025 y próximos años por el Segundo Piso de la 4t para instalar el régimen político del Humanismo Mexicano, nos exige intentar hacer un ejercicio de reflexión, objetivo y realista sobre ¿sí es posible y pertinente hablar de un socialismo humanista mexicano?
La pregunta de esta colaboración no puede ser más sugerente y provocadora para todas y todos lo que nos formamos en las décadas de los 60 y 70 en las distintas vertientes del socialismo y comunismo internacional.
Sin duda para los que aun conservamos la concepción socialista de la sociedad en su mayoría reconocemos y apreciamos los grandes avances y aportes de Andrés Manuel López Obrador y la 4t, sin embargo, también es cierto que no acabamos de convencernos a plenitud por el claro acotamiento de ser un partido que no se propone acabar de fondo con el capitalismo.
En el mejor de los casos se trata de transformar el capitalismo, democratizarlo, humanizarlo, de combate a la corrupción pública y volverlo menos injusto con los más pobres. La 4t es una nueva y trascendente gran etapa histórica de nuestra vida política nacional, supongo que los socialistas la vemos o mejor dicho la queremos como una fase de transición obligada para arribar al socialismo del siglo XXI, vigente, moderno y actualizado a los nuevos tiempos aunque no necesariamente se le llame y reconozca de esa manera.
En mi pasada colaboración comenté que hay en proceso nuevos reacomodos de las diversas fuerzas ideológicas y políticas del país de cara a las elecciones del 2027, de las 89 organizaciones que solicitaron el registro para configurarse como nuevo partido político, el INE ha informado a través de su página de Web que son hasta este momento 83 las procedentes, es decir, que sus procesos particulares continúan con miras al cumplimiento de los requisitos establecidos.
La solicitud tan amplia para la creación de nuevos partidos políticos tiene importantes lecturas y significados, simplemente menciono los que veo a botepronto, por una parte es un claro signo de la extraordinaria pluralidad de las ideas políticas de nuestra sociedad y un serio obstáculo para que un partido político nacional se constituya en una expresión representativa de la mayoritaria ciudadana y del padrón electoral.
En algún momento, hace no tanto tiempo, comente ante el surgimiento y creciente fortaleza electoral de Morena, que era tiempo de que los socialistas y seguidores del nacionalismo revolucionario tendríamos que hacer una revisión de nuestras concepciones y prácticas políticas, porque venían en camino nuevos escenarios nacionales e internacionales, que posibilitarían otras formas de entender y hacer política.
Ahora lo vemos con mayor claridad con Morena, es un partido hegemónico es “la moyoría de la minoría electoral y política” de este país, de una ideología y política “híbrida”, no me refiero a la declaración de sus principios en la que declara ser un partido movimiento de izquierda y anti neoliberal, me refiero más a sus prácticas partidarias, legislativas y gubernamentales con nuevos métodos de dirección y estilos de trabajo.
Ante este estado de cosas las viejas izquierdas socialistas de México no podemos vivir de las añoranzas ideológicas y políticas del pasado, de lo que no fue, de lo que no es y que seguramente no lo será, por ello estamos obligados a respondernos varias preguntas, ¿qué tipo de izquierdas queremos ser y podemos ser?, ¿qué características tendría el socialismo en la actualidad? y ¿qué tanta viabilidad política tendría el socialismo que concebimos?;
Otras cuestiones importantes a considerar, son el amplio abanico de lo que podríamos reconocer como las izquierdas socialistas, desde las más “ortodoxas” que siguen reivindicando conceptos como la dictadura del proletariado, el partido de la clase obrera como vanguardia del pueblo, en la necesidad de la toma del poder político y la destrucción del estado burgues, centran más su atención en la ideología que en la política en acción.
Tambien personas que se reivindican de izquierda, pero que sus prácticas bien se les podría decir que pertenecen a una izquierda “neoliberalizada”, argumentan y critican a quienes no se asumen como una izquierda moderna, de diálogo civilizado, de consensos y coexistencia política y madura con la derecha, los hay dentro de Morena y en otros partidos como el PT, Verde y Movimiento Ciudadano; otras expresiones más consecuentes actuan dentro de Morena, comprometidos, críticos y propositivos; y finalmente donde por cierto me ubico, los no afiliados a Morena pero si concientes y comprometidos con las tareas y acciones más avanzadas de la 4t.
Ciertamente la vieja izquierda socialista mexicana reivindicaba, de diferentes maneras, algunas cuestiones centrales del humanismo mexicano de la 4t, como el poner al centro de la lucha de clases el mejoramiento de las condiciones materiales de vida del ser humano y en lo particular de los más pobres; las izquierdas socialistas de México, actualmente enfrentamos una seria dispersión y colapso ético-político, crisis de principios, valores, identidad y pertenencia, de falta de paradigmas e iniciativas organizativas de unidad y acción política, en efecto, hay iniciativas por aquí y por allá, incipientes intentos de coordinación y sin poder, hasta el momento, captar la atención de una buena parte del pueblo, ésta situación permite que continue el social-político conformismo y el pragmatismo electoral y el descredito de la política y los políticos ante la sociedad.
La construcción de un nuevo imaginario popular y político que vaya más allá de lo que hasta ahora plantea la 4t, es algo bastante complicado y difícil; lo que si hay que tener claro y reivindicar es que la filosofía del humanismo mexicano es un conjunto de principios y acciones políticas que constituyen una aunténtica y titánica lucha político cultural por cambiar las conciencias, politización, organización y acción de los y las mexicanas para llevar adelante las grandes transformaciones, y al mismo tiempo trabajar porque lo que verdaderamente se necesita para ir al fondo de las grandes transformaciones sociales, económicas, ambientales y culturales nuestro país.
En mi opinión es necesario hacer el esfuerzo por alinear y armonizar los planteamientos ideológicos y políticos del socialismo y el humanismo mexicano de la 4t, es decir, hay que construir el andamiaje de una corriente ideológica y política por fuera de Morena, pero dentro y en la perspectiva del segundo piso de la 4t, a eso tan amplio y genérico inicialmente le llamo Socialismo Humanista Mexicano del Siglo XXI, esta tarea de definición requiere y exige el concurso de muchas y muchos que a pesar de los pesares nos seguimos concibuendo como socialistas.