José Juan Marín


Mañana 14 de febrero es un día significativo, porque en él celebramos dos valores fundamentales para la civilización: el Amor, que es la capacidad de darse al otro y a los demás, y la Amistad, que es la capacidad de aceptar y amar al otro tal como es.

 

Un sabio dijo: «Cuida a tus amigos como a tus mejores cuadros, ubícalos donde les dé la mejor luz».

 

Cuando amas y te amas eres un regalo para los demás, un ser de luz que irradia paz. El amor te conecta con el maravilloso mundo del espíritu. Donde brilla el amor se desvanecen las suspicacias y hay terreno abonado para el entusiasmo y la esperanza.

 

Amando eres un arco iris, una primavera, un sembrador de fe, alguien que ayuda a conquistar sueños.

 

El significado del Amor es tan alto que no se puede definir. Lo podemos sentir y percibir de muchas formas, y es la mejor manera de definirlo: sintiéndolo y viviéndolo piel adentro, corazón adentro, alma adentro.

 

Aunque no sepamos muy bien qué es el amor, a pesar de lo que han escrito Kierkegard y Ortega y Gasset, puede decirse que el amor es andar en la tierra con los pies de lo eterno.

 

Neruda dijo: «es tan corto el amor y tan largo el olvido», pero conviene cambiar las palabras: de tu actitud depende que sea cierto afirmar: ‘es tan corto el olvido y tan largo el amor’.

 

Por eso tuvo razón el psiquiatra Erich Fromm, cuando le puso este título a una de sus mejores obras: El arte de amar.

 

El sentimiento más cercano al amor es la amistad, por la identificación que implica con el otro, el Hermano, el diferente.

 

Si para Voltaire no todo aquel que comparte tiempo e intereses con nosotros es nuestro amigo, la amistad no es cosa superficial ni barata porque no se comparte con todos: es algo elevado y lo elevado es de muy pocos.

 

La Amistad puede ser un libro también: hay amigos para una página, los hay para un capítulo y los hay que estarán presentes en toda la historia.

 

Sin embargo, lo que sentenció Aristóteles a propósito de la Amistad, es algo todavía más profundo. Afirmó Aristóteles: “La Amistad es un alma que habita en dos cuerpos, (es) un corazón que habita en dos almas”.

 

De tal manera es así, que ni el Amor ni la Amistad son una jeringa epidérmica, ni un episodio del comercio, ni la espuma superficial de un río caudaloso.

 

Es el amor lo que nos hace humanos, y a veces más humanos que de costumbre.

 

Es la Amistad lo que nos hace andar en la piel, en los zapatos, en el corazón y en el espíritu del otro, para ser su punto de apoyo en tiempos difíciles y redimirlo en situaciones que parecen no tener solución.

 

El Amor es la mejor medicina para curar la soledad y el aislamiento, porque dos soledades hacen una compañía y pueden crear una multitud.

 

Quien tiene amigos no está sólo, porque los amigos son el ejército del corazón que está ahí para hacernos fuertes en la adversidad y defendernos frente a los fantasmas que agobian nuestra vida.

 

Mañana miércoles, 14 de febrero, es un día importante para guardar el rencor y la intolerancia en el último de los cajones, para archivar toda malquerencia que nos haya quitado el sueño y para decir: ¡Gracias a la vida…!

 

 

 

Deja un comentario