David Jerónimo C.
Color a vida intensa
olor a madera recia
sabor al redoble de tambores
textura suave llena de vida
sonido a medio día.
Fuerte como roble se impone
emerge del abismo que le aprisiona
pues frente a él se impone sin brida
la vida que le apasiona.
Tonto, loco y firme
con su bastón a cuestas
emana con luz ansiosa
retar firme a la vida.
Heme aquí, en el ocaso de mi andar,
olor a hojas de otoño.
Sabor a angustia y esperanza
sonido a sueños sin vivenciar.
Nuevos vientos del norte iluminan mi final
asimilo en el presente el paso del ayer.
Ya los tambores no ensordecen
oh sabia herencia me he de llevar.
Irrumpí impío cual olas abaten el acantilado
como el amanecer trae consigo nuevas esperanzas-
¡hombre, detén tu marcha y mira atrás para retomar el rumbo!.
Pisa firme sin detenerte, peregrino
que al maestro has de encontrar
sin olvidar que peregrinar es el camino
y ermitaño es el sendero.
Toma tu equipaje andante
que vivo o muerto habrás de cargar
pues son tus vivencias que el alma viene a curar.