Por: Prometeo
- Los retos de la sociedad civil y los procesos electorales
- El PRI de Michoacán sometido a la línea de la Alianza
- ¿Las visitas de Ebrard y Claudia serán atractivas?
- Xóchitl Gálvez o Beatriz Paredes
Hoy las cosas están cambiando de un modo u otro. La sociedad tiene ya una mayor responsabilidad política, ya que antaño para evitar la participación ciudadana directa se asumían las organizaciones empresariales y comerciales como sus representantes. Los cambios no han sido estudiados y por lo tanto comprendidos, y se siguen manejando bajo los mismos mecanismos de control de antes. Las inercias que han dado resultado.
A eso se debe el que no se permita un debate público sobre las alternativas de solución a los problemas tan enraizados de México, mucho menos sobre el tipo de discursos y perfiles que podrían ayudar a avanzar en opciones reales de solución de estos problemas. Además, imaginen un debate entre Beatriz y Claudia, sería un peso completo contra uno pluma.
No hay una discusión pública que busque identificar los verdaderos retos de nuestro sistema político y democrático, y un proyecto de nación de largo plazo en que todos podamos participar para que el país tenga una ruta clara, una real visión de futuro.
Aunque otra forma que manejaban los priistas y los neoliberales, era que se realizaban foros de consulta ciudadana nada más para avalar su proyecto, puesto que las políticas públicas ya tenían su proyecto de gobierno acorde a los intereses del grupo en el poder.
El reto de la sociedad civil en la actualidad es aprender a hacer la lectura de la realidad que estamos viviendo, desde los intereses de la sociedad civil, que requiere despertar a la conciencia plena de sus necesidades, y saber con mayor certeza que quiere, y no ser más la carne de cañón de los grupos económicos, que operan a través de los partidos políticos.
En esencia, de la sociedad civil depende lo que pase en este país, y de lo que queramos hacer de esta nación, nuestro voto es la llave, pero lamentablemente no se ve una reflexión objetiva y profunda sobre lo que está pasando realmente en México, para actuar en consecuencia. Ese es el reto que tiene la ciudadanía en este próximo proceso del 2024.
Se trata de un problema de formación ciudadana, de educación. Ya que la ignorancia es el peor de los pecados que puede sufrir un ser humano, porque el conocimiento es la luz que le guía para despertar a la conciencia de su ser, y descubrir todas sus potencialidades que le llevaran a aprender a vivir mejor y crear las condiciones sociales para que los pueblos expresen su identidad en un proyecto de visión de futuro.
Las estructuras de los gobiernos están hechas para la defensa de sus intereses, esa es la causa de buscar mantener los viejos modelos o buscar las transformaciones que permitan establecer nuevos mecanismos de operación para que se solidifique la nueva propuesta.
La sociedad lo que requiere es despertar a la consciencia de lo que significa su empoderamiento, y tener un modelo educativo que le permita a cada individuo una formación que le capacite para resolver sus necesidades en una visión holística, integral y de totalidad. Saber leer la realidad para transformarla acorde a sus reales necesidades.
El tipo de educación que se imparte marca el tipo de modelo que se quiere. A nadie le preocupa la educación ciudadana que permitiría un empoderamiento de la sociedad. Sin embargo, todos los políticos y sus partidos políticos se ostentan como representantes de la sociedad para justificar su lucha por el poder.
Es tanto el encono al amparo de las fobias y vísceras de quienes aborrecen al Presidente Obrador se vuelcan en soluciones fáciles y perfiles publicitarios y propagandísticos que se dedican a gritar, a descalificar, pero, no a proponer y ni a construir.
EL PRI está atrapado entre un pasado que le vincula al pueblo y su historia revolucionaría, y a un pasado inmediato que le identifica con el neoliberalismo que le impuso el salinato.
La disciplina política y el proceso que se seguía para alcanzar los cargos de elección popular eran las cualidades que le han permitido sobrevivir, pero a la vez son ahora los grandes obstáculos ya que no ha podido sacudirse la carga que le impuso el neoliberalismo y recuperar sus principios de compromiso social.
La reciente visita del Coordinador Parlamentario, Rubén Moreira fue para recordarles a los priistas michoacanos esa disciplina partidista, y darles línea para que apoyen con piso parejo a sus dos principales prospectos a la sucesión presidencial: La figura neoliberal con Enrique de la Madrid, y lo que queda del PRI como su auténtica representación histórica y social, en la persona de Beatriz Paredes.
La militancia priista tiene en esta definición la gran oportunidad de recuperar muchas de sus banderas sin la vergüenza de cargar con un Presidente del CEN del PRI, impresentable. La coalición en que se supedita al PAN que establece las reglas y es mano en la propuesta presidencial, solo es posible modificarla en base a la habilidad política de saber usar y tener una mejor estructura territorial, para que el candidato sea del PRI.
En estas condiciones el PAN vería con mucho agrado a Enrique de la Madrid como parte de su propuesta neoliberal. Sin embargo, si se considera que el perfil presidencial es el de alguien con experiencia política, trabajo a ras de piso, con prestigio y legitimidad, que realmente no tenga cola que le pisen sería Beatriz Paredes quien tiene un agudo pulso de las debilidades de nuestra democracia, de la realidad de nuestra sociedad y del propio país.
El acotamiento de Morena y las líneas establecidas por el Presidente Andrés Manuel, hace que el trabajo de promoción de las corcholatas se esté volviendo tediosa, ya que escuchar solo los logros de la 4t, sin una reflexión crítica de también sus limitaciones y las propuestas para modificar los errores cometidos, atan el conocer las capacidades reales que tienen los prospectos para gobernar este país.
Así las visitas que harán a Michoacán tanto Marcelo Ebrard como Claudia Sheinbaum será quizás más de lo mismo bajo esta inercia a la que se encuentran sometidos. No tenemos claro cuáles son los objetivos de estas visitas más allá de seguir en contacto con los grupos sociales para convencerlos de que son la mejor opción.
Marcelo debería saber que su enlace en Michoacán Bernardo Aguilar no tiene capacidad de liderazgo ni experiencia política para coordinar los trabajos de los distintos grupos de apoyo que se formaron en Michoacán para darle su apoyo, como diálogos progresistas, Avanzada Nacional, Movimiento Progresista, Morenistas con Ebrard, entre otros.
En sus tradicionales ruedas de prensa de los miércoles no están presentes los dirigentes como Alfonso Solórzano, Jorge Canedo, la Senadora Blanca Piña, el diputado Juan Carlos Barragán y mucho menos la experta operadora Luz María Rodríguez.
El enlace Bernardo Aguilar muestra poca experiencia política, y poco aporta con sus 40 seguidores, ya que más bien han desarticulado las estructuras distritales y municipales que con gran esfuerzo construyeron los grupos ciudadanos de apoyo a Marcelo.
La reunión con las estructuras se espera no sea solo con Bernardo y su equipo, sino que exista una oportunidad de que se informe directamente a Ebrard de los problemas que le está creando su enlace, que, si bien es un gran amigo y le garantiza lealtad, no es suficiente para el trabajo político que se requiere hacer en Michoacán.
Se agotó el efecto Lily Téllez, y de pronto el propio Presidente Andrés Manuel coloca a Xóchitl Gálvez en la sucesión presidencial. Al marcar la agenda de sus opositores crea sus propios retos para manejar los tiempos electorales y enfrentar por anticipado las opciones de quienes pudieran ser los candidatos de la alianza opositora.
Así se destaca la discusión actual entre los políticos y analistas sobre si hay un efecto Xóchitl con la entrada de la senadora a la contienda presidencial. Los que refieren que existe tal efecto, sustentan que las encuestas como la publicada la semana pasado por el Financiero muestran un crecimiento del 14 al 22 por ciento, lo que la hace puntera en la oposición, por encima de Santiago Creel.
El otro comparativo es que, en junio, Claudia Sheinbaum tenía una ventaja de 22 puntos sobre Lilly Téllez, con un 55 y 33 por ciento. Las encuestas también del Financiero de julio, establecen una ventaja de 14 puntos de Sheinbaum sobre Xóchitl, con 52 y 38 por ciento de apoyo efectivo. Esta diferencia ahora es de solo 8 puntos porcentuales.
Los que opinan que no hay efecto Xóchitl argumentan que la entrada de la senadora a la contienda presidencial, por disruptiva que fuese, no movió las agujas del apoyo partidista y las coaliciones siguen en sus mismos niveles que antes.
Los partidos no se movieron mucho: el bloque PAN-PRI-PRD tenía 37 por ciento de apoyo efectivo en junio y 38 por ciento en julio, una variación de apenas un punto, mientras que Morena y aliados se mantuvieron estables en 50 por ciento en ambos meses. Con base en esos números, es correcto decir que las agujas no se han movido, y que el balance de fuerzas se mantiene intacto.
Con todo y los atributos que se le promueven de manejar un lenguaje coloquial, su desparpajo e imitación en la forma de vestir de Beatriz Paredes, su gusto por la confrontación y a veces hasta su origen humilde como sus principales ventajas, lo cual suponen algunos que Xóchitl Gálvez puede ganarle en 2024 al presidente.
No se sale del encono de la oposición, porque se venera a quien grita y descalifica. Quien venga en 2024 debe tener capacidad de conocer realmente a México. Debe tener experiencia de gobierno y conocimiento político. Además de profundo entendimiento social y una base propia. La Opción entre Beatriz Paredes y Xochitl es interesante ya que por un lado los tiempos políticos de Beatriz parecen estar fuera de tono y los de Xóchitl limitados a un posesionamiento de las urgencias de no tener un perfil más vendible.