José Juan Marín


Joaquín Sabina es uno de los mejores cantautores, poetas y compositores que nos ha dado el universo musical.

 

Sus letras llenas de desamores, barras de bar e historias de quien ha transitado por las luces y las sombras de la vida ponen su punto y final en una retirada de los escenarios que estará protagonizada por una última gira titulada Hola y adiós.

 

Sabina es un artista que crea para, esos que leen en la música y cantan en los libros. Algo que, desde luego, no es nuevo. Lo han hecho muchos y desde hace mucho: Homero, Lorca, Smith y José Asunción Silva, por nombrar solo algunos.

 

Escribir para un lector-oyente implica juntar la música y la literatura, crear hilos narrativos, construir personajes, plantear escenarios y, como es de suponerse, arriesgarse con los académicos.

 

Hablar de temas resulta sencillo porque existe solo uno: el amor. o, mejor, el desamor. Todo lo demás orbita a su alrededor: la sociedad, la política, la crítica mordaz.

 

Entre sus personajes, tres son recurrentes:

 

Primero están los protagonistas al límite, todos en situaciones de riesgo, marginalidad y partícipes de su propia destrucción.

 

Segundo, las mujeres. Aquí es posible encontrar tres categorías: las mujeres que aparecen como objeto seductor o seducido,

 

Y por último, la ciudad, que es el detonante de las vivencias de los protagonistas, de ahí que Sabina la convierta en personaje, mencionando con nombres propios sus bares y calles.

 

La imposibilidad, porque en definitiva para Sabina ningún amor es posible y todos tienen impedimentos tangibles o intangibles, “Yo no quiero contigo ni sin ti”, y la ruptura, “Para decir ‘con dios’ a los dos nos sobran los motivos”.

 

Con 17 discos de estudio y 7 en directo, al maestro Sabina le sobran los motivos para poder hacer alarde de la creatividad y agilidad con la pluma que han conquistado a todos sus fieles y ha conseguido que, al menos, lo respeten quienes no terminan de conectar con su particular voz rota y su punzante ironía.

 

Una Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, un Premio Ondas al Mejor Artista Español, un Premio Goya y un Premio Grammy Latino a la Excelencia Musical son sólo pruebas irrefutables de que Joaquín es un grande que ahora simplemente quiere poner un punto final a su carrera y un punto y seguido a una vida que no pretendía que fuera ejemplo de nada.

 

«Este adiós no maquilla un hasta luego, este nunca no esconde un ojalá, esta ceniza no juega con fuego, este ciego no mira para atrás» dijo Joaquín Sabina.

 

Con estas palabras, la música y muchos de nosotros nos quedamos hoy un poco sin el genio de un creador sin límites que nos ha dejado en nuestros corazones un puñado de frases y sentencias llenas de verdad.

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