La Navidad II

Mtro. Constancio J. Gribaudo


 

¿Qué es la Navidad para usted?

 

Nacer de nuevo, en espíritu y en Verdad, como lo señala el Cristo sin cruz, el Cristo Rey.

 

… El género humano debe jugar su papel y este no es el privilegio de algunos seres “tocados por la gracia”. Cada uno, sin consideración de sexo, de raza, de creencia o de nivel social, tiene derecho a la Vía Verdadera. La sublimación espiritual está fuera de las limitaciones de una secta. Las luchas de capillas ya han hecho suficiente mal. Dios es justo y sus hijos piden esa justicia, así corno el Reino de su Nombre Glorificado.

 

Bajo la cubierta de una fraseología pueril, demasiadas carnicerías han sido cometidas y, si el hecho de ser cristianos diera el permiso de matar, más valdría entonces alejarse de esa denominación. Ser cristiano es considerar a todo el mundo como hermano, porque el Cristo, de quien unos se dicen los discípulos, consideraba no a una secta o a una organización como movimiento cristiano, sino al mundo entero.

 

El Divino Nazareno no habría dicho jamás «hijo mío, tú estás en el error”, si una persona busca la Verdad y a Dios en su infinita ilimitación. “Buscad el reino de Dios y todo el resto os será dado de más”, dijo él… ¡Que yo sepa el Reino de Dios no está limitado! Y lo es mucho menos en un movimiento, en una organización, en una secta, una religión, así hubiese sido creada por el Imperio de Roma…

 

El Cristo está más allá de las Iglesias y de las Religiones y él no fue nunca el fundador de un organismo sectario, sino el ermita (el sannyassin), y como Nazarith, él predicaba la Unión de todos (la Shanga) y veía una gran familia humana: la Fraternidad Uni- versal, con derecho al bienestar espiritual para cada uno.

 

En los primeros tiempos el SMA recogió “…el mensaje eternal de la Sagrada Tradición Iniciática Real…” bien documentado, y lo entregó a quien lo esperaba y fue después su Primer Discípulo, todavía coloreado con el mesianismo y el misticismo de los últimos dos mil años. El Primer Discípulo lo asumió de acuerdo con las grandes Tradiciones de Sabiduría de Piscis que se mantenían en algunas escuelas, en las cuales él llegó a ser dirigente.

 

“El Maestro José Manuel Estrada tenía el don de la naturalidad a pesar de que todo en él parecía inusitado (…) sus barbas blancas y largas. Su rostro recio y viril, su mirada sin reservas, su capa de templario y sus sandalias de peregrino (…) bajo de estatura y delgado, hacía sentir la reciedumbre y la bondad de su figura pulcra y digna. Parecía venir del pasado, de lo mejor del pasado, y hacía presentir algo noble del futuro; sin embargo, su sencillez lo colocaba a todo él, en el presente.”

 

Para los que conocimos al Maestro Estrada en esos tiempos, sus pensamientos y sus actitudes nos parecieron estimulantes, demoledoras. Hablaba sin subterfugios místicos de lo Sagrado y sin remilgos de lo elemental y humano. Literalmente, nos derrumbó nuestras estructuras académicas, filosóficas y místicas.

 

Para los que lo habían conocido antes y lo asociaban con personajes del pasado los resultados fueron traumáticos. Era un innovador que no renegaba del pasado ni recurría al miedo por el futuro para justificar su enseñanza, pero exigía mucha entereza para afrontar el presente sin renunciar a las obligaciones contraídas por cada quíen con su familia, su sociedad y sus autoridades. Su misión en esa época consistió en crear una infraestructura eficiente para preparar a los Seres Humanos para una forma de vivir creativa y responsable.

 

El Maestro Estrada nos pedía que no perdiéramos ningún detalle de lo que la vida nos presentaba a cada instante y que tratáramos de reaccionar equilibradamente. De esa enseñanza saqué yo el eslogan de estar siempre actualizados y equitativos. También nos decía que debíamos de elevar nuestra conciencia y aplicarla a la vida real. Con mi manía de hacer aforismos convertí esa enseñanza en el eslogan Conciencia con eficiencia. Nos decía también que la Iniciación es creativa y la regresión es destructiva. Regresar a lo que ya fue dicho o fue hecho, y resultó positivo en su tiempo, impide seguir avanzando hacia nuevas posibilidades del Potencia Puro del Ser.

 

La Vía, El Sendero, la Estrada, que delineó para la Nueva Era del Acuarius no niega nada de la Sabiduría antigua y la enriquece con señales válidas para los tiempos de la Era del Acuarius, como la actualización de las disciplinas tradicionales del Yoga y la Astrología; del lenguaje de la Qabalah y de la Magia; de las Cámaras Secretas, y de los Centros de Desarrollo Humano y Educación Ambiental y trascendental, conocidos como Ashram en el Oriente, y las Escuelas de Iniciación Real en nueve niveles señalan el cambio, el paso de Piscis a Acuarios, de la Fe a la Conciencia y con ambas a la Sabiduría.

 

La Navidad, la Resurrección y el Nuevo Nacimiento se relacionan entre si y se relacionan con las enseñanzas de la Tradición Iniciática Real, porque nuestra Tradición es Crística. La Navidad representa la conmemoración del nacimiento de Jesús, el Cristo, en las postrimerías de cada año, el 25 de diciembre.

 

La Resurrección en cuerpo y alma presupone la existencia de una naturaleza humana y trascendental en los Seres Humanos.

 

El Nuevo Nacimiento, en Espíritu y en Verdad es una posibilidad de redención para la vulnerabilidad y la mortalidad de los Seres Humanos. Todo, forma parte de las tradiciones Judeo Cristianas en torno a la figura prototípica de El Cristo, representado históricamente por Jesús.

Desde el punto de vista de la Tradición Iniciática Real, estos conceptos adquieren una dimensión más amplia, actual e histórica, sin negar su validez religiosa y trascendental.

 

Las buenas nuevas, los Evangelios, pueden resumirse en esta frase: ¡Alegraos, el Reino de los Cielos se ha acercado a vosotros! Y en esta otra, que reafirma la trascendencia de la condición humana: En verdad, en verdad os digo que el Reino de los Cielos está dentro de vosotros mismos. Por otra parte, se afirma que el Padre está en el Reino de los Cielos.

La conclusión obvia es que El Padre es el Ser Supremo que se encuentra en todos los Seres. Puesto que nosotros somos Seres Humanos, El Padre se refleja en nuestra Ser y se manifiesta en nuestra naturaleza humana. Entonces, el Hijo, la manifestación del Padre en la forma prototípica del Cristo, nace para mostrarnos el Camino de la Verdad y la Vida que lleva al Padre, es decir, la vía hacia la realización consciente de nuestro Ser en el Ser Supremo por medio de El Cristo, el Hijo del Hombre, que debe de ser elevado para convertirse, por consciencia, en el Hijo de Dios. Cuando levantéis al Hijo del Hombre entenderéis mis palabras, dijo el Señor Jesús.

 

Nacer de nuevo es nacer en espíritu y en verdad, o sea que, desde el plano espiritual de nuestra naturaleza humana, donde ya nos encontramos, podemos proyectarnos hacia el plano de la Verdad, de lo sacro, de lo secreto, que es el quinto plano, el plano del Cristo Rey.

 

Aquí conviene recordar la frase del Ceremonial Cósmico que señala la culminación del ritual de los Iniciados Reales: ¡Glorifiquemos al Cristo Rey y que reine el Aquarius!

 

El Cristo Rey es el Cristo sin Cruz, el Cristo del Aquarius.

 

Llegados a este punto, cabe preguntarse cómo se manifiesta en Cristo Rey en la Era del Aquarius. La respuesta fácil, es que se manifiesta como un nuevo estado de conciencia. Si.

¿Y cómo se manifiesta ese nuevo estado de consciencia? ¿Cómo se manifiesta el Cristo en la Era del Saber?

 

Como calidad total de vida y como excelencia.

 

Si por su parte, los industriales, los economistas y los líderes de nuestra sociedad actual de producción y de consumo, hablan de calidad total para competir y sobrevivir dignamente en el concierto de las naciones mediante el intercambio comercial de productos, los Iniciados Reales, con otras palabras, hemos hablado siempre de lo mismo.

 

Hay que elevar el estado de conciencia, decía el S. H. M. Don José Manuel Estrada. Ahora, a tono con la época, hay que aprender a vivir con Calidad Total y Excelencia, eliminando las fobias, los rencores, las frustraciones y las envidias que ensombrecen nuestras vidas, sin moralinas, ni mogigaterías que no resuelven nada y solamente fomentan la hipocresía, o sea, que necesitamos autodisciplina.

 

Ya es el tiempo de que entendamos que es lo que nos proponemos hacer con la Iniciación Real. Tenemos que nacer de nuevo en el Cristo; tenemos que levantar al Hijo del Hombre que se encuentra crucificado dentro de nosotros mismos, para convertirlo en un Cristo Rey, sin fantasías místicas ni reivindicaciones nacionalistas, como está sucediendo con los que tratan de volver al pasado sin haber resuelto su presente, como los niños que no quieren llegar a ser grandes porque tienen miedo a la responsabilidad y alegan que los grandes son malos.

 

Ya he dicho que la Eternidad es el presente y lo reitero. La Eternidad no tiene límites de tiempo y el Ser Supremo se hace presente, en presente y en todos los Seres. El Cristo Rey es el Cristo Iluminado, y la iluminación no se da en pasado ni en futuro, sino en presente, y en forma individual. Nadie puede iluminarse por otro…S. A. José Marcelli.

 

Luego de disfrutar profundamente del Ashram de Cuautla en una convivencia hermosa, donde seguimos aprendiendo a vincularnos por medio del Tantra en todos los niveles de lo humano y aun de lo Sagrado, seguimos con parte de la familia espiritual a Morelia. Se dice que el Solsticio de Invierno del 2014, fue este domingo 21 de diciembre a las 17:04 horas, horario del centro de México, aunque todo puede ser un poco relativo, la fuerza y el espíritu de Navidad está presente en todas partes.

 

Estamos en una gran familia y seremos uno, desde cada Cámara, sirviendo de puente a esa Luz que fluye desde el Sol, naciendo de nuevo, simplemente a algo mejor cada día. Lo bello de ir vinculándonos es que cada ser humano que amamos y tocamos alguna vez, en el alma, está presente en uno y uno está presente en él, así logramos estar en muchas partes, unidos y sonriendo pensando en cada alma humana que amamos… Feliz Navidad para todos… que lo Sagrado los bendiga y les de fuerza para ir avanzando a esa consciencia Cristica, la que todos alcanzaremos…

 

 

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