José Juan Marín


México ha sufrido en los últimos meses fenómenos climáticos extremos: frío gélido en el último invierno y olas de calor con temperaturas récord en semanas recientes. Los expertos dicen que aún es posible revertir esta situación, siempre que la sociedad y el Gobierno que asumirá el 1 de octubre retome los proyectos de energía renovable que quedaron postergados.

 

A mediados de mayo pasado, el Gobierno decretó una «alerta energética» y hubo apagones en distintas zonas del país, porque la demanda de electricidad aumentó e hizo colapsar la red de distribución. Miles de mexicanos salieron a la calle cubiertos por sombrillas. Los ventiladores y aires acondicionados «volaron» de las tiendas y supermercados, en escenas jamás vistas.

 

Cada año, se rompen récords de temperaturas en todas partes del mundo, con golpes de calor y frío extremo.

 

Por esos días, México registraba una temperatura 1.14 grados centígrados superior a lo registrado en años previos, las temperaturas más altas desde los años 90, con una nueva marca para la capital: 34.7 grados Celsius. En otros 17 estados, como Sonora y Veracruz, se reportaron sensaciones térmicas insólitas de hasta 50 grados.

 

«El gran problema es que se nos están cerrando los tiempos, y aunque tenemos una ventana de oportunidad, hay que correr vertiginosamente», explica la bióloga Julia Carabias, investigadora del Colegio Nacional de México,

 

Según Carabias, el cambio climático impone dos retos, y el primero es la mitigación: disminuir todos los gases que el país produce y que se acumulan en la atmósfera, convirtiéndose en la principal fuente de contaminación.

 

El segundo reto –expone– es la adaptación, que pasa por proteger los ecosistemas, recuperar los ríos, y cambiar la política energética y la alimentaria, promoviendo una alimentación sana y sustentable. «Ningún país del mundo lo está aplicando, aunque sí se aplica en comunidades de Oaxaca y Chiapas, en la Amazonía y en comunidades de Perú y Bolivia. Son ejemplos que sí funcionan.

 

Tenemos un enorme potencial de energía solar, eólica y algo de geotérmica. Una hectárea del desierto de Sonora tiene cuatro veces más radiación solar que una hectárea en Alemania, y esa misma proporción se repite en todo el territorio mexicano.

 

La presidenta electa Claudia Sheinbaum, que asumirá el 1 de octubre, debe arrancar en sus primeros 100 días con un programa de energía urgente y a gran escala. Existe la esperanza, porque es una ambientalista y experta en cambio climático.

 

Hay una tendencia clara: Más calor, más sequía, más lluvias y huracanes… esto será nuestra vida cotidiana si no hacemos nada. No obstante, la situación no es irreversible aún, y todo es «cuestión de voluntad de todos».

 

De no hacerlo, sufrirán las poblaciones más vulnerables, las de menor capacidad económica, menos resiliencia, menos aguante. Este sector, lamentablemente en México, es la mitad de la población.

 

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