MORELIA EN LA FRENTE
José Juan Marín
Morelia tiene casi todo lo que una ciudad moderna, progresista y funcional puede ambicionar el día de hoy.
Morelia es una ciudad señorial, pero es, además, una ciudad con encanto; por ello nadie le disputa haber sido “el jardín de la Nueva España” y un crucero de ríos de identidad e historia.
Morelia es una de las tres ciudades importantes del país con un muy hermoso Acueducto, el cual comenzó a ser construido en 1785; tiene la tercera Catedral más alta y con más prestigio arquitectónico entre las ciudades medias y grandes de la República.
Morelia tiene una historia, desde la Independencia hasta nuestros días, en la que figuran Hidalgo, Morelos, el Intendente José María de Anzorena, la Corregidora de Querétaro, Iturbide, Mariano Matamoros, el arzobispo Clemente de Jesús Munguía, Melchor Ocampo.
Los hombres de la Reforma, el gobernador Miguel Silva González y los revolucionarios de 1910, cuyas gestas le dieron seña de identidad a nuestro país y han hecho de ella -de nuestra ciudad- corazón de la República.
Sabemos que las ciudades son la suma de sus gestas heroicas, las que le han dado brillo a su identidad y han forjado su aire de permanencia a través de los siglos; pero son también la suma de sus encuentros, porque Morelia no tendría el tufo académico e intelectual que hoy tiene si no hubiesen caminado sus calles y sus plazas los pasos de María Zambrano, Alfonso Reyes, Porfirio Barba Jacob, Romano Picutti, Pablo Neruda, el historiador Daniel Cosío Villegas, el escritor venezolano Rómulo Gallegos, el músico Miguel Bernal Jiménez, el científico social Elí de Gortari, el compositor Chucho Monge, el peruano Mario Vargas Llosa, José Emilio Pacheco, el intelectual mexicano Octavio Paz, el escritor Carlos Fuentes, Juan Bañuelos y tantos otros.
Morelia tiene una historia social y política alineada con las mejores causas de nuestra historia, tanto así que Morelia figura en la memoria de los grandes episodios nacionales, por haber brindado su aporte a la formación y grandeza del Estado Mexicano.
Sin embargo, las ciudades no sólo pueden vivir de la nostalgia y grandeza de su pasado, cuando es necesario darles voluntad de vuelo en el presente y hambre de horizonte para el porvenir.
Hoy Morelia necesita un programa cultural que, sin perder de vista su pasado, le dé un timbre de orgullo y un sentido de pertenencia a las generaciones actuales.
Hoy Morelia necesita servicios públicos baratos, eficientes y de calidad -entre ellos agua potable-, que realmente respondan a los reclamos de la ciudadanía.
Hoy Morelia necesita ciudadanos emprendedores y programas que estimulen la creación intensiva de puestos de trabajo, para hacer frente a la crisis económica que agobia al país.
Hoy Morelia necesita una gran coordinación interinstitucional en materia de seguridad, para que las familias vivan en paz y felices sabiendo que hay autoridades y cuerpos de seguridad que las cuidan.
Hoy Morelia necesita incubadoras de empresas, atracción de capitales y una auténtica vocación industrial, para conectar a la capital del Estado con las cadenas de valor de los corredores industriales del Bajío y el centro del país.
En suma, Morelia necesita un despertar de conciencia, para ir más allá del brillo pasajero y convertirse en referente de ciudad moderna para la vida social, académica y política de esta región del país.