Jerjes Aguirre Avellaneda
Sin duda, uno de los problemas más severos que afrontan los partidos políticos, consiste en la ausencia de sistemas permanentes que permitan educar ideológica y políticamente a sus militantes, a sus cuadros de dirección y a la ciudadanía, creando condiciones naturales para que en los procesos políticos puedan disponer de los mejores liderazgos.
Para todo partido político, la necesidad de reproducirse continuamente, de renovarse, de convertirse en conciencia política organizada y actuante, requiere de la interacción permanente con la sociedad y de la vigencia de canales para el reclutamiento y la movilidad interna de su militancia, hasta alcanzar por la vía democrática las funciones de poder que permitan hacer realidad las propuestas de que son portadores.
Sin embargo, al menos en Michoacán, es difícil encontrar el acuerdo, en torno a que la sensibilidad para captar y tener el pulso del mundo, el país y el estado se encuentre precisamente en los partidos políticos, por lo menos no existen indicadores evidentes que permitan atribuir a estas organizaciones la capacidad para recoger, procesar y transmitir, tanto los diagnósticos como las soluciones a los grandes retos del presente y sus implicaciones para el porvenir. Ello es sumamente grave porque se empobrece la democracia y se establecen fundamentales limitaciones a su desarrollo.
La falta de sistemas de trabajo político provoca desordenes, sin parámetros de medición: “Todos quieren porque sienten que pueden”. Particularmente quienes han acumulado cacicazgos clientelares por favores otorgados, dadivas ocasionales y vinculaciones “útiles” para recomendar con los de “más arriba”. De este modo la democracia deviene en el medio de legitimación de prácticas que en sí mismas tratan de corregir: democracia para la antidemocracia, como medio de engaño y manipulación, “cambiar para que nada cambie”.
Bien observada la realidad, se encuentra que todos los partidos políticos, en todos los niveles, tienen serias dificultades para disponer de las mejores propuestas y modelos sociales alternativos, así hombres y mujeres, que representan en cada coyuntura política las preocupaciones, como las mejores aspiraciones de la sociedad con proyecciones programáticas en el largo plazo.
Los grandes cambios están relacionados con la educación política y la calidad de los partidos políticos y los ciudadanos. Los michoacanos aspiramos a la mejor democracia y todos tendremos que hacerla, sintiéndonos parte de ella, como somos parte de todo lo que es colectivo, el poder, el gobierno, las elecciones, el ejercicio de la función de servicio público. Nada está por encima, contrapuesto, por origen divino, por encima de las personas de carne y hueso de todos los días, que son los ciudadanos,