Celebrando 200 Años de la Fundación del Estado Liberal de Michoacán

Elizabeth Zamudio Olivares, Cronista de Ciudad Hidalgo, Michoacán.


Cualquier época del año podemos encontrar una feria en esta zona, tenemos: La Feria de la Fresa y del Mole en Maravatio durante los meses de marzo y agosto respectivamente; La Feria de Las Flores en Tuxpan entre febrero y marzo; La Feria del Hongo en Senguio este año inicia el 17 de agosto y abarca solo el fin de semana;  La Feria de la Conserva y de Todos Santos en Ciudad Hidalgo durante la Semana Santa la primera y la segunda inicia en la tercera semana de octubre y termina a mediados de noviembre.

 

Asimismo, La Feria del 5 de febrero en Zitácuaro; La Feria de la Maceta en San Matías el Grande en febrero, es una comunidad otomí perteneciente al municipio de Hidalgo y es la segunda en obtener su autogobierno; La Feria de las esferas en Tlalpujahua de septiembre a diciembre, La Feria del Mezcal en Tzitzio en Semana Santa, La Feria de Pascua de Tuzantla, La Feria de la Tilapia en Tiquicheo en marzo, entre otras muchas.

 

Michoacán ocupa el primer lugar en producción de guayaba, durazno y fresa a nivel nacional y estos frutos se cosechan en Jungapeo, Juárez, Zitácuaro, Susupuato y Maravatio.

 

En Hidalgo existe la fabricación de muebles de madera más importante del estado, cada año, en la Feria de Todos Santos se desarrolla la Expo Muebles. La carpintería es un oficio muy antiguo en la localidad, tienen experiencia y además se capacitan para entregar un producto moderno y de buen gusto, dando una plusvalía a la madera. Todo el año hay una exposición permanente de los diferentes muebleros.

 

Desde el punto de vista histórico-cultural, la civilización de Chupicuaro es la que ejerció una influencia en la región durante el Preclásico Mesoamericano. Actualmente es una zona arqueológica prehispánica, localizada en el valle de Acámbaro, Guanajuato, colindando con el actual estado de Michoacán en la frontera nororiente. Es el sitio mejor conocido del Preclásico en el Occidente de México, para su estudio se conserva una magnifica alfarería cuya técnica y diseño influyeron en una amplia región.

 

Para decorar la cerámica se utilizó un pincel con el cual se trazaron motivos rojos o negros en objetos de barro natural y en otros se utilizó la técnica de aplicación de una mezcla de materiales sobre la superficie de una pieza de arcilla, con la finalidad de cubrir el color original y añadir un elemento decorativo.  Fueron excelentes alfareros, herencia que todavía se conserva en la actualidad.

 

Patuquio fue un asentamiento populoso del Preclásico ubicado en lo que ahora es la planicie de Tarimoro, actualmente pertenece a los municipios de Senguio e Irimbo próximo al actual Tzintzingareo, por los vestigios existentes cabe presumir que Patuquio tuvo relación directa con Chupicuaro.

 

Por lo tanto, se puede presumir que esta comarca sirvió de punto de enlace e intercambio comercial entre el emplazamiento de Chupicuaro, los del Valle de México, los del Occidente de Michoacán y los radicados en la cuenca del Lago de Pátzcuaro.

 

El doctor Ramón Alonso Pérez Escutia nos dice que en condiciones y circunstancias que no se conocen con alguna precisión y coincidiendo con la creciente penetración cultural teotihuacana se habrían registrado en la mayor parte del Oriente michoacano, alrededor del año 400 d. C., una primera oleada y asentamiento de grupos humanos de lengua otomie-pame.

 

Tras el declive de Teotihuacán a principios del siglo X d. C., la presencia tolteca fue evidente en el territorio del Oriente michoacano, así lo respaldan los trabajos arqueológicos de Moedano.

 

Continúa diciendo que en el Postclásico Temprano (900 al 1200 d. C.)  la presencia de los pueblos otopames se habría incrementado e incluso alcanzado su clímax en la región Oriente de Michoacán, se ha fechado con alguna certeza entre los años 750 y 1250 de nuestra era, el momento constructivo de las pirámides y otras edificaciones de gran tamaño en las inmediaciones de los que ahora son los poblados de San Felipe de los Alzati y Zirahuato. Las evidencias arqueológicas han puesto de manifiesto que se trató de importantes emplazamientos ceremoniales y, probablemente, administrativos y comerciales.

 

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