José Juan Marín


El filósofo israelí Yuval Noah Harari, reflexiona en Nexus, su nuevo libro, sobre los peligros de la inteligencia artificial, que es capaz de producir contenidos y analizarlos.

¿Por qué, si tenemos la tecnología de la información más importante de la historia, la gente parece incapaz de comunicarse, de tomar acuerdos básicos? Ésta es la gran pregunta que se hace en todos los países”, afirmó el filósofo e historiador israelí.

El problema real es que prevalece la idea ingenua de que la información es sinónimo de verdad, que entre más información tengamos más nos acercamos a la verdad y esto no es del todo cierto”, agregó en rueda de prensa el doctor por la Universidad de Oxford.

La verdad es cara, requiere de tiempo, dinero, esfuerzo. Y escribir una mentira es fácil, no tienes que invertir nada. La verdad cuesta y es complicada, dolorosa; y la ficción es sencilla, por eso la gente la prefiere.

Si queremos que prevalezca la verdad debemos invertir en ella, crear instituciones para diseminarla. No dejar la conversación sólo a las redes sociales y las plataformas digitales, advierte.

El famoso autor de Sapiens. De Animales a dioses (2014) y Homo Deus. Breve historia del mañana (2016), cuya obra ha vendido más de 45 millones de ejemplares en 65 idiomas, presentó ante los medios de Hispanoamérica su nuevo libro, Nexus, que echa luz sobre la historia de las redes de información desde la Edad de Piedra hasta la inteligencia artificial.

La IA es distinta de cualquier otra tecnología que hayamos inventado antes. No es una herramienta, es un agente independiente. Antes, las tecnologías estaban en poder de los seres humanos, ellos decidían cómo y dónde. La IA puede tomar decisiones por sí misma”.

Además, puede crear nuevas ideas, producir arte e investigaciones. Es una IA más potente, una porción queda fuera de nuestro control. Eso la hace distinta de cualquier evolución y crisis previa. ¿Qué hará esto a la psicología humana? Ésa es la gran pregunta”, señaló.

El docente de la Universidad Hebrea de Jerusalén consideró que “deberíamos de empezar a reconocer las distintas IA como formas de vida y darles derechos y otorgarles un estatus ético en nuestras sociedades”.

Dijo que los periodistas y los medios de comunicación desempeñan un papel clave para mantener la conversación social. Tienen un poder ingente para destruir la democracia o protegerla. Sin la verdad, sin los hechos, la conversación no significa nada, si intercambiamos mentiras o fantasías.

Ahora, este poder está en las manos de Facebook, Instagram, X y en manos de sus algoritmos. El problema no son los contenidos producidos por los humanos, sino las decisiones editoriales de los algoritmos. Por eso debemos resistir con la verdad”.

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