Piénsalo tres veces

Un Ser extraordinario llamado Mujer

Francisco Javier Rauda Larios


“Una mujer debe ser dos cosas: quien ella quiera y lo que ella quiera.” Coco Chanel.

En ocasión del día internacional de la mujer, he decidido dedicar mi artículo de esta semana precisamente a ese Ser extraordinario llamado Mujer.

En el vasto lienzo de la existencia, emerge la figura resplandeciente de la mujer, una creación divina tejida con hilos de fortaleza y gracia. Sus pasos, como danza cósmica, trazan líneas de poder y ternura, revelando la grandeza que yace en la esencia de su ser.

En el jardín de la vida, la mujer es la flor que despliega sus pétalos con elegancia. Sus raíces, profundas y firmes, se entrelazan con la tierra de la experiencia, absorbiendo la sabiduría ancestral que florece en cada estación. En la adversidad, su tallo se endereza con valentía, desafiando vientos tempestuosos con una fuerza que solo el corazón de una mujer posee.

Bajo la luz de la luna, la mujer se erige como la poesía del universo, sus ojos reflejando constelaciones de sueños y anhelos. Cautiva en su mirada, lleva consigo la magia de crear, nutrir y transformar. En su Ser, se encuentra el poder de gestar vida, no solo en vientre, sino en cada acto de amor y compasión que da a luz al renacimiento de almas cansadas.

La grandeza de la mujer se revela en su capacidad para abrazar la dualidad, como la marea que acaricia la playa y se retira con gracia. Su corazón late al ritmo de la compasión, ofreciendo refugio en sus brazos a aquellos que buscan consuelo. Pero también es el rugir del océano en su furia justa, cuando la injusticia nubla el horizonte de la equidad.

En la danza de la vida, la mujer es la melodía que eleva los corazones y despierta los sentidos. Su voz, suave como el susurro del viento entre hojas, lleva consigo la fuerza de mil guerreras. Con cada palabra, escribe poesía en el aire, narrando historias de resistencia, amor y resiliencia.

En los valles de la adversidad, la mujer se convierte en la montaña que desafía la tormenta. Su determinación es la chispa que enciende el fuego de la revolución, iluminando caminos hacia la libertad y la igualdad. No es solo la musa, sino la arquitecta de futuros donde la justicia florece como un jardín de esperanza.

En este cuadro mágico de la existencia, la mujer es la pincelada dorada que da vida a la obra maestra. Su grandeza no se mide en términos de comparación, sino en la singularidad de su Ser. En cada rincón del mundo, en cada alma que encuentra su luz, la mujer despliega su grandeza como un regalo divino, recordándonos que en su presencia encontramos la esencia misma de la vida.

Mas allá de su grandeza y su delicada belleza la historia de la mujer conlleva una narrativa que ha experimentado cambios profundos a lo largo de los siglos, revela una evolución triunfante en el ámbito empresarial, político y social del mundo.

Desde épocas en las que las mujeres eran relegadas a roles domésticos y limitadas en sus aspiraciones, hasta el siglo actual, donde su influencia ha florecido en diversas esferas, la mujer ha demostrado ser una fuerza imparable de cambio y progreso.

En el mundo empresarial, la mujer ha conquistado terreno, desafiando estereotipos arraigados y demostrando su capacidad para liderar con destreza. A medida que las sociedades han evolucionado, las mujeres han ganado acceso a la educación y oportunidades laborales, permitiéndoles destacar en roles ejecutivos y empresariales.

La diversidad de pensamiento y enfoques que las mujeres aportan a la mesa ha demostrado ser invaluable en la toma de decisiones. Empresarias visionarias han fundado y dirigido empresas exitosas, desafiando las nociones preconcebidas sobre el liderazgo y la gestión de negocios. La brecha salarial, aunque persistente en algunos lugares, ha disminuido gracias a la lucha incansable por la equidad salarial y de oportunidades.

En el ámbito político, la presencia de la mujer se ha expandido de manera significativa. A lo largo de las décadas, hemos sido testigos de líderes femeninas que han marcado la pauta en la diplomacia y la gobernanza. Desde las pioneras como Margaret Thatcher hasta las actuales figuras como Angela Merkel, las mujeres han demostrado su capacidad para liderar naciones con sabiduría y resiliencia.

La lucha por la igualdad de género en la política ha llevado a avances notables. Cada vez más mujeres ocupan cargos legislativos y ejecutivos, influyendo en políticas que abordan cuestiones cruciales, desde la igualdad salarial hasta los derechos reproductivos. Estas voces poderosas no solo representan a las mujeres, sino que también abogan por una sociedad más inclusiva y equitativa.

De igual manera debo hacer notar la influencia de la Mujer en el ámbito social. En este ámbito, la mujer ha emergido como una fuerza transformadora, desafiando las normas culturales y sociales arraigadas. La lucha por los derechos civiles y la igualdad de género ha llevado a un cambio de paradigma, permitiendo a las mujeres alcanzar metas que antes parecían inalcanzables.

La educación ha sido una herramienta fundamental en este proceso evolutivo. Las mujeres ahora tienen acceso a una educación de calidad, lo que les brinda habilidades y conocimientos para participar plenamente en la sociedad. La representación femenina en diversas disciplinas, desde la ciencia hasta las artes, ha crecido, desafiando estereotipos y demostrando el vasto potencial de la mujer en todas las áreas.

No puedo concluir el presente artículo sin mencionar, aunque de manera sucinta, el rol que en los años recientes ha protagonizado la Mujer en el desarrollo de la espiritualidad.

En muchas comunidades y corrientes espirituales contemporáneas, se ha producido un cambio hacia una mayor inclusión de las mujeres en roles de liderazgo y participación activa en prácticas espirituales.

Debo decir que ellas han desempeñado un papel fundamental en el resurgimiento de prácticas espirituales alternativas, la exploración de nuevas formas de espiritualidad y la promoción de valores fundamentales como la compasión, la empatía y la conexión con la naturaleza.

En igual forma, el papel de la mujer en el desarrollo de la espiritualidad ha sido diverso y ha variado a lo largo de la historia y en diferentes culturas. Es importante reconocer que las perspectivas sobre la espiritualidad pueden diferir en función de las creencias religiosas, filosóficas y culturales de cada sociedad.

En conclusión, la evolución de la mujer en el mundo empresarial, político y social, así como en el desarrollo espiritual es un testimonio de resiliencia, determinación y progreso.

Pero (no podía faltar el famoso pero), aunque se han logrado avances significativos, todavía persisten desafíos que requieren atención continua. Es imperativo seguir luchando por la igualdad de oportunidades, la equidad salarial y el reconocimiento pleno del potencial de la Mujer en todos los aspectos de la vida. Al celebrar los logros alcanzados debemos, hombres y mujeres, voltear la mirada hacia un futuro donde la mujer continúe desafiando fronteras y liderando el camino hacia una sociedad más justa e inclusiva.

Y para cerrar con broche de oro apreciada lectora, le dejo la siguiente frase de Marilyn Monroe:

Siempre, siempre, siempre cree en ti misma. Porque si no lo haces, ¿quién lo hará, cariño?


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