Dead Poets Society, conocida en los países hispanos como El club de los poetas muertos, es una película dramática estadounidense de 1989, considerada un clásico del cine. Protagonizada por Robin Williams, y dirigida por Peter Weir, el largometraje fue un éxito de la crítica y de la taquilla.
Su popularidad llevó a que ese mismo año la escritora Nancy H. Kleinbaum publicara Dead Poets Society, una novela basada en el guion original de Tom Schulman para el largometraje.
Entre otros premios, el largometraje obtuvo el Premio de la Academia al mejor guion original, el Premio BAFTA a la mejor película, el Premio David di Donatello y el Premio César a la mejor película extranjera.
Desde su estreno, los expertos han apuntado la variedad de lecciones que la película enseña a sus espectadores. Incluso en la actualidad, los investigadores sienten interés hacia ella, de manera que se trata de uno de los largometrajes más trascendentes de los últimos años. Les ofrecemos, estos cinco para dárle continuidad a los primeros diez que ya presentamos:
- “Hay un tiempo para la osadía, y hay un tiempo para la cautela, y un hombre sabio entiende lo que se requiere”.
De manera que se obrará de acuerdo con el contexto. Hay situaciones que demandan uno u otro comportamiento.
- “¿Cómo nos despojamos de prejuicios, hábitos, influencias? La respuesta, mis queridos muchachos, es que debemos esforzarnos constantemente por encontrar un nuevo punto de vista”.
Algo que no siempre resulta sencillo, en particular, cuando has sido moldeado durante años a mirar solo en una dirección.
- “¡La verdad es como una manta que siempre te deja los pies fríos! La estiras, la extiendes, y nunca los cubrirá del todo”.
Una metáfora curiosa para entender lo esquiva que puede llegar a ser la verdad. Forma parte de una de las frases más populares de El club de los poetas muertos.
- “No puedes esperar que todos piensen en ti todo el tiempo”.
Incluso, que lo hagan solo de manera ocasional. De hecho, la mayor parte del tiempo las personas no están pensando en ti.
- “¡Uno lee poesía porque es miembro de la raza humana, y la raza humana está llena de pasión!”.
La pasión también lleva a muchas personas a pasar de ser espectadores a actores.