Mario Ensástiga Santiago


Amo el canto del Cenzontle pájaro de 400 voces, amo el color del jade y el enervante perfume de las flores, pero más amo a mi hermano el hombre.

Nezahualcóyotl

Al igual que yo, cientos y miles de jóvenes, mujeres y hombres despertamos a eso que le llamamos política pública, a raíz de los fatídicos acontecimientos de los tan citados movimientos estudiantiles y populares de 1968 y 1971, que brutalmente dieron a conocer el verdadero rostro represor del Estado Mexicano.

Son dos de las más notables e importantes movimientos sociales en las luchas históricas del pueblo de México por alcanzar mejores condiciones de vida, etapas de la vida nacional que derivaron en diversos procesos sociales, económicos, culturales y políticos, como la creación de varias organizaciones clandestinas y públicas para enfrentar las políticas antipopulares del PRI-Gobierno.

Las nacientes organizaciones de pequeños núcleos y de masas populares fueron promovidas por profesores, académicos, estudiantes de la UNAM, IPN, ENAH, Chapingo y diversas universidades del país como la de Guerrero, Puebla, Oaxaca y por supuesto la Universidad de San Nicolás de Hidalgo de Michoacán entre otras.

Asimismo, los dirigentes de organizaciones sociales sectoriales, gremiales, sindicales y partidos políticos de izquierda. Organizaciones se inspiraron en el Marxismo, Leninismo, Maoísmo, Trotskismo, en la Revolución Cubana, la destacada figura del Che Guevara y en la lucha de la Unidad Popular de Chile con Salvador Allende, entre otras expresiones del socialismo y comunismo internacional para avanzar en la lucha a favor de sus gentes.

Aunque estaban presentes, pero a decir verdad en mucho menor relevancia las luchas populares y liderazgos revolucionarios de México, como Hidalgo, Morelos, Benito Juárez, Ricardo Flores Magón, Francisco I. Madero, Leona Vicario, Zapata, Villa, Genaro Vázquez Rojas, Lucio Cabañas, Rubén Jaramillo y dirigentes más contemporáneos como Lázaro Cárdenas, Valentín Campa, Demetrio Vallejo, José Revueltas, en fin, una larga lista de movimientos democráticos populares y de izquierda.

En ese contexto cientos y miles de jóvenes de la década de los setentas iniciamos nuestra  construcción ideológica y política de izquierda, sin saber bien a bien que iniciábamos una larga ruta de nuestras vidas, llevados de la mano por los ideales socialistas y comunistas de instalar en México régimenes ideológicos, económicos y políticos creados en otras partes del mundo, de realidades muy distantes a nuestra historia y vida nacional.

El inicio de nuestras participaciones sociales y políticas a la que hemos dedicado buena parte de nuestras vidas, hoy, al menos en mi caso particular y supongo que el de muchas y muchos viejos luchadores sociales y políticos frente al inédito e histórico proceso de la 4t dirigido por Andrés Manuel López Obrador, debo reconocer que aún cuando tan peculiar personalidad no es evidentemente un sujeto de la vieja izquierda mexicana socialista y muchos menos comunista, ha jugado un papel verdaderamente importante y estelar en los procesos actuales de cambio y transformación de nuestro país, sintesis y herencia de la luchas sociales y políticas del pueblo de México por décadas.

Sin duda se ha debido por una parte por la inegable terquedad, persistencia, compromiso, congruencia e inteligencia política de Andrés Manuel López Obrador, y por otra, por el alto grado de hartazgo popular, desgaste y agudización de las contradicciones de las fuerzas políticas hegemónicas por prácticamente 9 décadas y particularmente del periodo neoliberal de 36 años (1982-2018).

México, dígase lo que se diga de Andrés Manuel López Obrador, para bien y de manera notoria en beneficio de los más pobres, es totalmente otro, distinto al que conocimos por muchas décadas desde que tenemos uso de razón y conciencia política hasta antes del 2018 en que llego a la Presidencia de la República.

El sexenio obradorista a punto de concluir,  que considero, vuelvo a decir por lo menos en mi caso, me ha obligado a revisar  de manera crítica y autocrítica la actual situación social, económica y política que nos está tocando vivir con la 4t, desde mi trayectoria y experiencia ideológica y política marxista, de la cual me siento  orgulloso, que pese a todo sigo y afirmo que seguiré siendo “Marxista, Leninista, pensamiento Mao Tsetung”, de manera complementaria con la Educación Popular de Paulo Freire y ahora en buena medida por el Humanismo Mexicano de Andrés Manuel López Obrador.

Desde luego mi concepción marxista, científica del materialismo histórico dialéctico sigue vigente, he cambiado desde luego algunas concepciones en las que creía firmemente en los años 70´s y 80´s, cuestiones estratégicas y tácticas orillado por la terca y compleja realidad del México y el mundo de nuesatros días, de modo que a decir verdad estoy absolutamente convencido que el socialismo actualizado tendría inevitablementer muchos de los elementos y postulados de la 4t, la defensa de derechos humanos de última generación, con la clara consideración y convencimiento de que la 4t debe ir más allá y convertirse en una potente fuerza, visión y estrategia antisistémicas no solo al neoliberalismo, sino fundamentalmente al capitalismo, dicho de otra manera, estaría pensando en un socialismo humanista mexicano del siglo XXI.

Estoy en la línea como muchas y muchos jóvenes de la generación de los 70´s convencido de que el Humanismo Mexicano que Andrés Manuel López Obrador a definido desde el 2022, sustentado en nuestros orígenes históricos, filosóficos, populares, raíces culturales y políticos de luchas del pueblo de México por siglos en busca de un México más justo, democrático, soberano e incluyente.

El gran vector del Huamnismo Mexicano, es la visión profunda de que ”por el bien de todos primero los pobres”, en este sentido no hay la menor duda de que está sustentado en el pensamiento progresista y liberador de la larga y sacrificada lucha de un México mejor, no en vano Andrés Manuel López Obrador que no es un dios ni un ser inmaculado, tambien ha cometidograndes errores como todo ser humano,  culminará con un alto prestio popular nacional e internacional, tal como lo señala el periódico “El Economista” este 15 de agosto de este año 2024 es del 61.5 %, algo inusitado en la vida política nacional .

La filosofía del humanismo mexicano es un conjunto de principios y acciones políticas que constituyen una aunténtica y titánica lucha político cultural por cambiar las conciencias, politización, organización y acción de los y las mexicanas,  enmarcada en la “Revolución de las Conciencias”. En efecto a unos cuantos días para que la gestión politico administrativa y de gobierno de Andrés Manuel López Obrador concluya, debemos estar claros y claras que nos hereda una ruta, un horizonte utópico, democrático y progresista, con una enorme carga de responsabilidad etico politica de continuar y profundizar el humanismo mexicano, hay grandes avances y mucho camino por recorrer.

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