Piénsalo tres veces
Aprende lo bueno y no lo malo
Francisco Javier Rauda Larios
“Ser ignorante no es tanta vergüenza como no tener la voluntad de aprender.”
Benjamín Franklin.
Uno de los tantos sabios consejos que mi querida madre me daba en reiteradas ocasiones era precisamente el que encabeza el título del presente artículo.
Lamentable y tristemente parece ser que lo malo es más fácil y rápido de aprender.
Bueno, la razón por la que decidí titular así el presente artículo, aunque parezca no tener nada que ver con ello, es nada más ni nada menos, amigo lector, que la proximidad de las elecciones.
Si, imagino que ya se estará haciendo la pregunta, ¿qué tiene que ver lo uno con lo otro?
Me explico.
Entre muchas cosas buenas que podemos aprender de nuestros vecinos del norte voy a destacar dos:
La primera es que solo tienen, prácticamente, dos partidos políticos. Aunque a lo largo de la historia ha habido algunas iniciativas de candidatos independientes, siguen prevaleciendo los partidos Demócrata y Republicano.
La segunda y la más importante y valiosa, desde mi personal punto de vista es que tienen un proyecto de nación e independientemente de quien se encuentre en el poder no pierden de vista el rumbo de hacia donde se dirigen como país.
Luego entonces, en tiempos electorales los del partido Republicano le dicen a los ciudadanos: miren, podemos llegar por aquí. A su vez los del partido demócrata les dicen: miren, también podemos llegar por acá (figura 1). Con base en lo anterior los ciudadanos norteamericanos evalúan las opciones y escogen la que ellos consideran la mejor.
En cambio, en nuestro país, amén de los partidos pequeños, que dicho sea de paso son muchos, los, ahora, cuatro principales van cada uno para un rumbo diferente que, al menos así parece, ni ellos mismos saben cuál es. Y en tiempos de elección nos preguntan a los ciudadanos (figura 2): ¿para dónde quieren ir?
El meollo del asunto con esto último es que, parece ser, ni nosotros mismos sabemos para dónde queremos ir y como diría el famoso filosofo de Güemes, por eso estamos como estamos.
Finalmente, a manera de conclusión, he de decir algo que suelo, valga la redundancia, decir muy a menudo y es el hecho de que mientras como ciudadanos no aceptemos la parte de responsabilidad que nos toca, como lo señalo en mi artículo “El deber de ser ciudadano”, la situación del país no cambiará significativamente.
Debemos, primeramente, como nuestros vecinos de arriba, establecer un proyecto de nación con una visión de muy largo plazo y después crear, juntos, las condiciones necesarias para lograrlo, comenzando, a la vez, con rediseñar nuestra cultura, como también lo señalo en otro de mis artículos más recientes: “De visiones, transformaciones y cultura nacional”.
“Debemos aprender a vivir juntos como hermanos o perecer juntos como necios.”
– Martin Luther King Jr.