Dead Poets Society, conocida en los países hispanos como El club de los poetas muertos, es una película dramática estadounidense de 1989, considerada un clásico del cine. Protagonizada por Robin Williams, y dirigida por Peter Weir, el largometraje fue un éxito de la crítica y de la taquilla.

 

Desde su estreno, los expertos han apuntado la variedad de lecciones que la película enseña a sus espectadores. Incluso en la actualidad, los investigadores sienten interés hacia ella, de manera que se trata de uno de los largometrajes más trascendentes de los últimos años.

 

  1. “Muéstrame el corazón libre de sueños tontos, y te mostraré un hombre feliz”.

 

La brecha entre los sueños y la realidad es un abismo y, a menudo, apostar por quedarse en uno u otro lugar determina el nivel de satisfacción.

 

  1. “Todos tenemos una gran necesidad de aceptación”.

 

Y es tanta que hacemos y decimos cosas con el ánimo de alcanzar la aceptación de los demás.

 

  1. “¡Por ​​primera vez en toda mi vida, sé lo que quiero hacer! ¡Y por primera vez, lo haré!.

 

¿Puedes decir que tú también haces siempre lo que quieres hacer?

 

Tom Schulman, el guionista de la película, basó buena parte de la historia en sus propias experiencias personales.

 

  1. “Porque, lo creas o no, todos y cada uno de nosotros en esta sala algún día dejaremos de respirar, nos enfriaremos y moriremos”.

 

Una dosis de realidad que regularmente todos deberíamos recordar.

 

  1. “Justo cuando crees que sabes algo, tienes que mirarlo de otra manera. Aunque parezca tonto o incorrecto, debes intentarlo”.

 

Descubrirás así que la certeza con la cual sabías algo, poco a poco, empieza a desdibujarse.

 

  1. “Ahora, en mi clase, aprenderán a pensar por sí mismos nuevamente. Aprenderás a saborear las palabras y el lenguaje”.

 

Otra de las frases de John Keating que bien puede considerarse insignia de la película.

 

  1. “Hay que desafiar la adversidad, enfrentar al enemigo sin temor”.

 

La adversidad siempre encontrará la manera de hacer acto de presencia, y la única forma de afrontarla es con decisión.

 

  1. “Aprovecha el día. Recoged los capullos de rosa mientras podáis”.

 

Porque al cabo de unos días, incluso la flor más hermosa está destinada a marchitarse.

 

  1. “Pensé que el propósito de la educación era aprender a pensar por uno mismo”.

 

En última instancia, este es el verdadero propósito de la educación.

 

  1. “No tengas miedo, aprenderás lo que esta escuela quiere que aprendas en mi clase; sin embargo, si hago mi trabajo correctamente, también aprenderás mucho más”.

 

Un buen profesor es aquel que no solo se limita a lo que debe enseñar.

 

Deja un comentario