EL SUEÑO DE MARTÍN LUTHER KING
José Juan Marín
Estos, los que hoy vivimos, son tiempos propicios para tener esperanza. Y la mejor forma de tener esperanza es vincularla con un sueño.
Vivimos tiempos recios y difíciles (tiempos de oscuridad) y, por eso mismo, son tiempos para darle cuerpo y ponerle casa a la esperanza en cada una de nuestras vidas.
Martín Luther King pronunció un discurso el 28 de agosto de 1963, desde las escalinatas del Monumento a Lincoln, ante más de 200 mil personas que integraban la lucha pacífica por los derechos civiles en Estados Unidos.
Luther King había comenzado a pronunciar un discurso preparado con antelación, cuando Mahalia Jackson, una cantante de gospel, le gritó: «¡Háblales del sueño, Martin, háblales del sueño!». Se refería a una frase que el activista había usado en diferentes oportunidades.
Con una gran capacidad de improvisación, Luther King comenzó a desarrollar una pieza oratoria que iba de la prosa a la poesía, y que terminó siendo conocida con el título: “Yo tengo un sueño”.
En ese discurso, el gran líder enumeró las injusticias presentes en la sociedad norteamericana, denunció la desigualdad y condenó la discriminación, y al final mostró un panorama esperanzador, deseando que sus hijos y el resto de la sociedad “vivirían un día en una nación donde no serían juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter”.
«No debemos permitir -dijo- que nuestra protesta creativa degenere en violencia física. (…) Debemos elevarnos a las majestuosas alturas de la resistencia a la fuerza física, con la fuerza del alma».
Las palabras de Martin Luther King son el símbolo de aquella época, porque representan un compromiso por la justicia social, la libertad y los derechos humanos, que sirve de base e inspiración a las luchas no-violentas en todo el mundo.
“Yo tengo un sueño” terminó atrapando no solo el interés de las personas presentes, sino de varias generaciones.
La riqueza de las palabras pronunciadas por Luther King ha convertido a este discurso en una obra de arte de la palabra hablada y la retórica política.
Hoy, cuando la violencia racial persiste en todo el mundo, “El sueño” de Martin Luther King, 67 años después de pronunciado, sigue vigente: la exigencia de un mundo de tolerancia, respeto, solidaridad y empatía.
«Yo tengo un sueño», aseveró el fotógrafo chileno Camilo Vergara en un trabajo especial para BBC News. es un discurso que tiene un efecto inspirador en quien lo lee o escucha.
Por todo esto, y por todo lo que hoy viven nuestras sociedades, ha llegado el momento de sellar un pacto de amor con la esperanza, retomando el sueño que hizo fuerte la lucha y el liderazgo de Martín Luther King en Estados Unidos.