LA FOTOGRAFIA DE  ARARO, COMO FUENTE DE HISTORIA

Leandro Espino Córdova

Cronista de Araro


                 

 

La foto es de los años 40s. No se sabe del autor. Fue un regalo que me hizo el Prof. Donaciano Velarde, hará como tres años, en un intercambio fotográfico que hicimos.

Es una foto panorámica muy al estilo de esos años y sobre todo al estilo de los retablos. El significado de la posición del Cristo es elocuente:  «estoy por encima de ustedes, los estoy viigilando y también los estoy protegiendo de todo mal». Se trata del Cristo de Araro recortado y sobrepuesto, cuando todavía no se conocía el Photoshop´.

Está dentro de la tradición de principios del siglo XX de los Santos y Cristos protectores y patronos de los pueblos muy al estilo de los Retablos pintados, como dije antes.  Esta foto-retablo es muy valiosa para la historia del pueblo.

La foto tiene una nitidez impresionante, producto de un enfoque casi perfecto, una buena máquina con una excelente resolución para la época en que fue tomada. Por eso podemos destacar varios elementos: la grandiosidad del Lago de Cuitzeo, la Laguna para nosotros. El Santuario, con sus dos torres que se aprecian claramente. La gran extensión de El Plan,  a la derecha de la foto, que forma parte del Ejido de Araro y que es de las mejores tierras con que cuenta el ejido.

La foto fue tomada desde el pequeño montículo que después en tiempos del P. Chagolla, se convirtió en lo que conocemos como el Monumento. Construcción que se hizo aprovechando la orografía del terreno para imitar el cerrito del Tepeyac.

Lo más interesante de la foto es que nos permite tener una idea de cómo era la Haciendita, así llamado por nosotros, aunque en realidad era La Hacienda de La Trasquila. Ese complejo hacendario del que por ahora no nos extenderemos. Pero que llama la atención el lugar donde fue construido. Precisamente a la orilla oriente del pueblo, pegado a él, donde iniciaba la calle quizás más antigua del pueblo. En la actualidad lleva el nombre de Iturbide, que también no deja de sorprender.

Es una foto muy valiosa, porque rescata para nosotros el casco de la Hacienda, nos permite ver todo lo que comprendía. Se alcanza a apreciar, digamos, todo el casco con su imponente barda perimetral de adobe. Apenas si se nota el caminito, la vereda, que después se convertirá en la calle Galeana.

Desgraciadamente los herederos no pudieron o no quisieron conservarla y fraccionaron el mismo casco de la Hacienda y hoy sólo quedan algunos pedazos del frente. Algunos arcos del patio frontal que se han salvado de la modernización o de la destrucción.

La parte exterior se fraccionó también en los años 50s. y así surgieron las calles Guerrero, Lázaro Cárdenas y Galeana, que marcan actualmente la entrada o inicio del pueblo.               

 

 

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