José Juan Marín
Así como la buena política no cae del cielo, un buen estadista no es producto del humor ni de la ocurrencia.
Dentro de las distorsiones que hoy vive nuestro mundo, palpables en cualquier aspecto de la vida, hay que lamentar la falta de ideólogos y de intelectuales de la política.
Hay que lamentar, también, que la política haya dejado de ser entre nosotros un arte y una ciencia con contenidos.
También, que los personalismos y las causas de partido hayan remplazado a los proyectos de nación y al Estado mismo.
El Maestro Jesús Reyes Heroles, quien nació en la Ciudad de Tuxpan, Veracruz, el 3 de abril de 1921, fue el último gran ideólogo de la revolución y el Estado mexicano, en cuyo pensamiento figura la preocupación central de fortalecer a las instituciones, colocar la ley por encima de los hombres del poder y proteger la vocación de Estado.
Reyes Heroles se sumergió en los anales de la historia utilizando como principales herramientas ideológicas: la ciencia Política, la Historia y el Derecho, con el propósito de recuperar principalmente el liberalismo.
Fue un intelectual de talante comprometido, incluso, obstinado con sus ideales, sin embargo, incomprendido en un inicio. Como acertadamente mencionó Carlos Monsiváis:
Extraño destino, un hombre profundamente inteligente, obsesionado con la importancia de las ideas y de la vida de la república que, de hecho, creció de interlocutores políticos y que en su propio medio fue muy oído y escasamente entendido, que fue admirado y escasamente analizado.
El espectáculo que hoy vivimos, es sencillamente desesperanzador, es una coyuntura de oscuridad la que vivimos los mexicanos de hoy.
Ojalá que hoy al interior de la política le presten una escucha activa a Don Jesús Reyes Heroles, analizado su discurso, así la política en México tendría una cosmovisión distinta, más competente.
El político Reyes Heroles confiaba en la población joven, tal y como en su discurso poético mencionado en marzo de 1973 a los estudiantes, palabras que se fundieron con los deseos de ver proliferar un futuro próspero. para la juventud:
» Se es joven cuando se ve la vida como un deber y no como un placer, cuando nunca se admite la obra acabada, cumplida, cuando nunca se cree estar ante algo perfecto. Se es joven si se está lejos de la docilidad y el servilismo, si se cree en la solidaridad y en la fraternidad. Cuando todo esto se posee, se pueden tener mil años y ser joven» .
Por eso es necesario retornar a las fuentes de nuestra historia, al origen del liberalismo mexicano y a las piedras de fundación de nuestra democracia, en las que Don Jesús Reyes Heroles fue un teórico muy aventajado.
Lo peor que puede hacer una sociedad consigo misma, es poner en crisis el principio de autoridad y consagrar el desorden y el caos como cimientos de la vida pública. Esto, nunca lo quiso el Maestro Reyes Heroles para México.
Dijo Don Jesús Reyes Heroles algo muy cierto: “Al político, en su función, le toca mediar entre intereses contrapuestos para que prive el interés general, es decir, el interés común de la colectividad”.
Y dijo algo más cierto todavía: “Una política prueba su eficacia ensayándose, corrigiendo los errores y acrecentando los aciertos”.
Y también una frase monumental, que le sienta bien al México de hoy: “No es posible entregarse a la paz, al sueño y a la acción. O se sueña o se actúa. Los sueños, cuando dormimos; el pensamiento y la acción, cuando estamos despiertos. Y México exige que estemos despiertos”.