Piénsalo tres veces

Inversión Vs Resignación I

Francisco Javier Rauda Larios


Hace algunos años, Adrew Grove, exdirector general de INTEL, escribió un excelente libro llamado “Solo los paranoides sobreviven”.

En esta magnífica obra, Grove hace alusión, entre otras cosas relevantes, al hecho de que, y lo cito, …

viva donde viva y se dedique a lo que se dedique, la tecnología lo va a alcanzar”.

También hablaba, ya en ese momento (2001), del impacto que las nuevas tecnologías tendrían en la forma de hacer negocios.

¡Que visión, y que razón, tenía!

Hoy en día las tecnologías disruptivas como el Bigdata, IOT (internet de las cosas, por sus siglas en inglés), la Nanotecnología y la que yo, y muchos, consideramos la más disruptiva e impactante de todas, la Inteligencia Artificial, mejor conocida como AI (por sus siglas en inglés), están transformando, exponencialmente, la manera de Ser y Hacer de Personas y Organizaciones, incluidas, obviamente, las Empresas.

Ray Kursweil, por su parte, ya habla, incluso, acerca de la singularidad, ese momento en que las máquinas nos van a superar.

Lo anterior lo resume maravillosamente bien Isaac Asimov en su celebre obra “La máquina pensante”.

Bueno, se preguntará usted mi querido lector, a dónde quiero llegar cono todo este rollo.

Le saco de la duda.

Todo lo anterior me lleva a la siguiente pregunta.

¿Yo como ser humano y ente pensante, qué estoy haciendo para enfrentar este futuro inmediato?

Y esta misma pregunta la puedo llevar, tranquilamente, al plano empresarial.

¿Nosotros como Empresa, formada por seres humanos y pensantes, qué estamos haciendo para enfrentar este futuro inmediato?

 

Y, ¿qué le parece, mi apreciado lector, si le doy un tiempo para que usted lleve a cabo la tarea de responder a estas dos interrogantes?

[Hágame saber las respuestas en sus comentarios]

En mi humilde opinión, solo hay una manera, por el momento (ya los científicos están trabajando en otras), de prepararnos para enfrentar este y cualquier otro futuro que se nos, paradójicamente, presente.

Esa única manera a la que me refiero es nada más ni nada menos que el APRENDIZAJE CONTINUO.

Sin lugar a dudas, mi muy estimado lector, notó el énfasis que hago al señalarlo.

Otra cuestión que, al momento, salta inevitablemente es el hecho de que, para aprender continuamente, hay que estar dispuesto a hacerlo y, como diría mi madre, ahí se vendió el atole.

¿Por qué éste último comentario?

Por el hecho de que, el Aprendizaje Continuo no solo requiere, como lo señalo, la voluntad o el deseo de seguir aprendiendo, es necesario actuar, accionar para que, efectivamente ese aprendizaje suceda.

Recuerde amigo lector: La Reflexión precede a la Acción.

Uno de los bemoles que he encontrado a lo largo de mi carrera como consultor, coach y mentor, es que, a una gran mayoría de personas, tristemente, nos da flojera pensar.

Suelo comentar en mis talleres y conferencias, cuando hago alusión a este tema, que muchos de nosotros tenemos pereza mental, insisto, nos da flojera pensar.

Nada mas de pensar que tengo que pensar… ¡Ufff!

La cuestión es que, como diría Lee Iacocca, …

yo quisiera no correr riesgos, pero la vida no me da esa opción”.

También creo que, de alguna u otra manera, la vida o el mercado, o ambos, han sido benevolentes con nosotros y con nuestras empresas y a pesar de no hacer el esfuerzo de pensar cómo ser mejores y llevar a cabo las acciones correspondientes, de alguna u otra manera, insisto, hemos sobrevivido, al menos, hasta hoy.

La cuestión aquí es si esas condiciones que nos han permitido sobrevivir hasta hoy seguirán dándose en el futuro y, más importante aún, es el hecho de si somos conscientes de que ese cambio en las condiciones, muy probablemente, va a suceder y quizá más pronto de lo que pudiéramos imaginarnos.

De ser así, …

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