Rogelio Raya Morales
Lo que hoy se está viviendo en morena, es lo más ajeno a una verdadera fiesta democrática. Es solo el afán oportunista y vil de apoderarse de posiciones de poder en función de intereses tribales. Ningún afán legítimo y noble de anteponer los intereses de la sociedad, sobre todo de sus miembros más vulnerables.
Definitivamente, morena ya sucumbió al Prianrd. ¡Nunca trascenderá de la ignominia a la dignidad! ¡Los que ahora se apoderan de ese instrumento político electoral, no conocen, ni conocerán nunca, la dignidad política!!
Morena, descanse en paz. Esto lo escribí apenas comenzaba el cochinero electoral moreno. Reconozco que me he quedado muy corto.
Una de las esperanzas en la 4T, es que, finalmente, acabaríamos con esa gran perversidad que nos dejó durante muchos años el priismo, el panismo y el perredismo, que consiste en aprovecharse de la miseria material de la gente, para darle vida a la miseria espiritual de la clase política que ya apesta.
La compra de votos, el uso de recursos de los tres niveles de gobierno para lograr mezquinos intereses, el amago con los programas sociales, la ambición sin límites de la cenutria clase de políticos ignorantes y perversos, el uso de la fuerza y la violencia para alcanzar, haiga sido como haiga sido, las posiciones desde las cuales seguir administrando la bajeza y el egoísmo en su máxima expresión, fue lo que exhibieron este fin de semana pasado en toda su amplitud quienes no tienen el más mínimo respeto por la sociedad.
Realmente, la podredumbre, la ignominia, la vileza, la ambición y la perversidad de la clase política descompuesta, no tiene límites. Con mucho, superamos las viejas prácticas del prianrd.
Pero, lo que realmente se puso en riesgo, fue el destino de millones de esperanzas por una vida más humana. Las grandes transformaciones necesarias, de frente al futuro, hoy se ven agredidas y en alto riesgo por la desmedida ambición y ruindad de quienes practican el gatopardismo.
AMLO, ha hecho muchas cosas correctas y necesarias. Nos puso la esperanza de algo diferente a nuestro alcance. Pero, el monstruo, cómo las bestias mitológicas, tiene muchas cabezas, muchos brazos y lo peor, muchos seguidores. Creo que, al barrer las escaleras de arriba para abajo, el primer escalón detuvo el impetuoso empuje.
Sí, llegamos al gobierno, pero no cambio mucho. Quedó intacto el poder judicial y la mezquindad del congreso se impuso ante los nuevos acontecimientos. La clase política vieja y descompuesta solo agachó un poco la cabeza de la corrupción y la descomposición moral, para sacarla nuevamente en forma de los «nuevos redentores». Y ahí siguen. Siguen medrando y siguen como si nada.
¡Pero no desmayemos, nos queda la voluntad y el espíritu para seguir en la lucha y, tarde o temprano, habremos de alcanzar realizaciones que nos den justicia, nos hagan sentir dignos, nos acerquen más a nuestros semejantes y nos posibiliten la libertad y la conciencia para disfrutar de un mundo nuevo y mejor para todos!!
¡Nuevas batallas nos esperan contra la canalla! ¡Preparémonos, sin ingenuidades y con mucho optimismo! Los pesimistas, son los que creen que nos pueden doblegar o que el pueblo olvida. El pesimista es el que opaca la crítica. Pesimista es el que de pronto cree que se desmorona morena y se desmorona el mundo.
Queda pendiente un análisis más conceptual y sociológico, político y ético de lo que hoy se construye como nueva realidad política. Ya morena entra, en la nueva correlación de fuerzas sociales, dentro de las fuerzas de la reacción y el conservadurismo, por más que se quieran disfrazar de lo contrario.
En el 2024 habremos de apoyar a quien impulse la transformación de nuestra patria. ¡Tenemos reservas ideológicas, políticas y éticas para ubicarnos y seguir dando la lucha por la justicia social, la libertad, la independencia, la fraternidad y una nueva vida, una nueva patria para todos!!!
Caricatura de Nadir