Luis Manuel Rodríguez García nos ofrece
Poema HUELLAS EN EL POLVO
3
Un día de estos
los dos saldremos juntos a la calle.
Los vecinos,
con un velo de asombro cubriéndoles los ojos,
saldrán a despedirnos.
Y la mano de un niño,
alzada contra el viento,
dibujará abanicos de adiós
como si fuera un juego.
Y pensará
que yo ya no respondo a sus llamados
ni con la mínima señal de un gesto.
Las mujeres,
con un clavel de fuego entre los labios,
con sus vestidos negros
y un saludo cordial entre las manos,
vendrán detrás
siguiéndome los pasos,
como queriendo conocer la ruta
por si un día se atreven a imitarnos.
Partiremos los dos
por esa calle que inventaron los muertos.
Y ya no sé
si miraré en el rostro de todos los amigos,
los que dejaron el trabajo,
los que al sonar de los teléfonos
salieron a la esquina
nomás para encontrarnos,
los que escucharon la noticia en el mercado
y no tuvieron
más remedio
que venir a buscarnos,
todos aquellos
que en la muerte del hombre
se vuelven solidarios,
y también los que sienten que al paso de las horas
este mismo camino
tendrán que recorrer
en el último viaje involuntario.
Un día de estos, tú yo, como buenos amigos,
saldremos a la calle.
Tomaremos el vino de las otras andanzas,
cantaremos
las canciones de amor que nos hirieron,
en pareja
tú la mujer, yo el hombre,
bailaremos la danza
de la pasión y el fuego.
Y…,
sin apartarnos del camino,
siguiendo el rumbo que nos trazó la calle,
atraídos,
por el olor a hierba fresca,
iremos hasta el punto
donde para el amor se abre la tierra
Solo falta que llegado el momento,
sientas el viejo impulso de vivir
y te arrepientas,
y olvides este pacto
de ambiciones eternas,
y desates tus manos de mis manos
como la luz desata tu sombra de mi sombra,
cuando al volver la espalda
dejes que caiga solo…
y tú,
eterna engañadora,
regreses a mi mundo
en busca de otro incauto,
perdido enamorado de tus ojos.
No sé por qué a los muertos les quitan los zapatos
como si no supieran lo que duelen
las plantas de los pies
de caminar descalzos,
como si no supieran
que el camino hasta el cielo
es escabroso y largo.