José Juan Marín

El día de hoy es una fecha muy alegre para algunos y triste para otros; particularmente estos dos años de pandemia en el que muchas familias han perdido a uno o más miembros de su familia.

A pesar de los momentos difíciles que atravesamos, siempre debemos celebrar la presencia de nuestra madre o venerar su recuerdo con todo nuestro amor pues es, sin duda alguna, el centro y pilar de la familia y, por ende, de la sociedad.

No podemos negar que algunos extrañamos mucho su presencia física; pero, fue tanta su entrega y trabajo por todos nosotros, que debemos estar eternamente agradecido a Dios, a la vida y a ella, por todo lo que nos dio, nos enseñó, nos alimentó, nos educó, y nos sacó adelante.

La escritora inglesa Agatha Christie dijo: “El amor de una madre por un hijo no se puede comparar con ninguna otra cosa en el mundo. No conoce ley ni piedad, se atreve a todo y aplasta cuanto se le opone”; la escritora estadounidense Helen Rice acotó: “El amor de una madre es paciente y comprensivo, cuando todos los demás te abandonan nunca falla o flaquea, aunque su corazón se esté rompiendo”.

Nosotros debemos decir: si mi madre no hubiera sido como fue, yo no sería como soy. Se necesita a alguien fuerte para hacer que otro también lo sea.

Si tienen la dicha de la presencia de su madre, demuéstrenle cuánto la aman y cuánto merece.

Agradézcanle todo lo que hace por ustedes y den gracias al universo que nos envió a una madre como muestra de su infinito amor por nosotros.

Este Día de la Madre regalemos nuestras oraciones por el eterno descanso del alma de las mamás que ya no están en este mundo y por las que luchan contra alguna enfermedad. Y, también, ¡muchas bendiciones para las madrecitas aquí en la tierra!

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