Luis Manuel Rodríguez García nos ofrece
Huellas en el Polvo
Poeta Luis Girarte Martinez.
1
No esperaré a que vengas
a cerrarme los ojos.
Ni dejaré que pongas
un ramo de jazmines en mi cara,
como un pañuelo blanco,
el día que me muera.
Ni que amarres mis manos sobre el vientre
con un listón de seda.
Voy a esperar que el sueño y el cansancio,
haciendo su trabajo,
me dobleguen el cuerpo.
Que por mi ser se adentre
un frío inconciliable,
parecido,
al frío de las manos que no tienen caricias,
al agua que se beben las bestias del olvido,
al retazo de piel que rasgan las espinas
reventado los labios de sed y de locura,
al pasto del invierno
y a la palabra de los homicidas.
Voy a esperar a que todo se dé
como se dan las cosas absurdas de esta tierra,
con su bandera de injusticias,
con su galope de violencias,
con su estandarte de lujuria,
con su pregón de engaños,
con su ritual de obscenidades
y con la letanía de sus lamentaciones…
Así… voy a esperar a que mis ojos,
sin ganas de mirar otro horizonte
sin el anhelo de acechar la luz,
la cerca, el pasto y el camino, sin el delirio
de acercarse al espejo,
sin el deseo
de ver en otro rostro
la señal del adiós,
el signo del desprecio,
el perfil del cobarde,
la huella del enfermo:
presuman el privilegio de la flor
cercando de colores el perfil de la cara.
Voy a esperar a que todo se dé
como se dan las cosas absurdas de esta tierra,
para que tu no tengas que cerrarme los labios
la tarde inconciliable de todas las miserias
que anduvieron rondando
la isla inconquistable de mis huesos.