José Juan Marín 

Morelia es la cuna de Morelos y la cuna ideológica de la Independencia. Por ello, y por ser la que más demanda de servicios e infraestructura, debe ser tratada en el presupuesto público con la dignidad de una ciudad capital.

En este sentido, tanto el Presupuesto de Egresos como el Programa Operativo Anual 2023, tendrán que ser una ventana de oportunidad para el despegue de Morelia.

Mil 200 kilómetros cuadrados de territorio integran Morelia; de ellos, aproximadamente el 40 por ciento es la mancha urbana de la ciudad, en la que se han fundado y establecido 1 150 colonias y asentamientos humanos, los cuales comprenden casi el millón de habitantes que conforman el cinturón urbano de la capital.

De esas 1 150 colonias y asentamientos, por lo menos 280 tienen problemas de abasto de agua, de alumbrado público, de servicios públicos deficientes, de desempleo, de violencia y de inseguridad pública, y requieren soluciones inmediatas y urgentes para nivelar su desarrollo.

Morelia tiene 14 tenencias, la mayoría en el medio rural, donde vive el 32 por ciento de las familias morelianas que se hallan en el olvido, la marginación y el abandono, y que necesitan más que nunca la atención que puede y debe brindarles el Ayuntamiento.

Por eso, ahora que están a punto de aprobarse un nuevo presupuesto para el Municipio, conviene que el Presidente Municipal no olvide a la Morelia marginada y que los regidores hagan bien su trabajo en beneficio de los morelianos.

De acuerdo con INEGI, el 5 por ciento de los morelianos no tiene la primaria terminada. Por ello, hace falta fortalecer los servicios educativos y establecer centros de CONAFE y de CEBA, para resolver el problema de analfabetismo y rezago educativo que esto representa.

Sin embargo, a los morelianos les urge también que los servicios y la obra pública beneficien a sus colonias, mediante la ampliación de la red de agua y la construcción de canchas deportivas, porque esto significaría empleo y derrama económica para los morelianos.

Espero que el Presidente Municipal tenga la sensibilidad social y, sin duda, pueda encabezar un gobierno cercano a la gente. Y una oportunidad de oro para este propósito, sería el diseño del presupuesto para el año que entra.

Resolver el tema de inseguridad, recuperar los miles de empleos perdidos durante la pandemia y llevar servicios educativos y obra pública a las colonias, serían sin duda los aspectos principales de la agenda social del Ayuntamiento moreliano.

El presidente Municipal y el cabildo en el marco del nuevo Presupuesto de Egresos como el Programa Operativo Anual 2023, debieran entender que la modernidad no es sólo un vocablo, una condición del aire ni un ropaje exterior, porque la modernidad implica eficiencia en el arte de gobernar, y el arte de gobernar significa servicios municipales modernos y de calidad, agilidad y eficacia para responder a las demandas de la población, modernización del sistema hidráulico de la ciudad para evitar los molestos encharcamientos y, desde luego, buena gestión pública para evitar que una capital como Morelia sea la capital de los baches.

Una ciudad moderna no puede ser aquella que satura y adorna su lenguaje con la palabra modernidad, sino aquella que tiene gobiernos que entienden que la modernidad es eficiencia, eficacia y agilidad en la solución de los problemas públicos.

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