LA CUENCA HIDROGRÁFICA COMO INTERCONECTOR SOCIAL
Bióloga María Guadalupe Zaragoza Ortiz.
Panorama Ambiental A.C.
El crecimiento y la expansión de los asentamientos humanos han ocasionado paulatinamente la desconexión del hombre con la naturaleza; la cual desde los inicios de nuestra existencia ha proporcionado servicios ambientales, que son aquellos procesos naturales que generan beneficios como materias primas, regulación climática, biodiversidad y culturales (identidad, estética paisajística).
El lago de Cuitzeo pertenece a una cuenca que incluye a 20 municipios del Estado de Michoacán y cinco de Guanajuato, cuyas actividades económicas incluyen la agricultura, la ganadería y la pesca. Los principales aportes de agua del lago provienen del río Grande de Morelia y el río Queréndaro. No obstante, actualmente el lago sufre de problemas de desecación mientras que en Morelia durante la temporada de lluvias el río Grande se desborda y las calles se convierten en cauces de asfalto, entonces ¿Por qué el lago no tiene agua?
El enfoque de cuenca permite comprender que el río Grande constituye a la zona de almacenamiento (cuenca media) donde confluyen distintos caudales y, aunque el río es alimentado por las corrientes del río Chiquito y otros escurrimientos, el agua no llega a la zona de descarga (cuenca baja), porque es desviada para el abastecimiento de las parcelas agrícolas que tanto caracterizan al Estado de Michoacán. Finalmente, cuando el agua llega al lago, esta se encuentra contaminada de los desechos de la ciudad y de los fertilizantes utilizados en la agricultura.
Como resultado, el lago de Cuitzeo está contaminado y además no recibe más del 50% del aporte hidrológico que le corresponde, lo que ha ocasionado daños ecológicos y económicos en las 1400 familias de las comunidades pesqueras que dependen de los recursos del lago. Además actualmente existen problemas importantes de salud pública que le cuestan 7 millones de pesos al año a los residentes de la ribera por las consecuentes tolvaneras que se generan al no haber agua en el lago, lo que resalta la importancia de los servicios ambientales que brinda dicho cuerpo de agua.
Y entonces, mientras que en la parte baja de la cuenca las comunidades son severamente afectadas, la población de las partes alta y media de la cuenca no sufren los verdaderos impactos que ocasiona la mala gestión de la red hidrográfica a la que pertenecen. Es por ello que es vital la participación de todos los integrantes de la cuenca, así como el reconocimiento de que nuestras acciones pueden afectar a terceros.
La división y jerarquización de la cuenca en subcuenca y microcuenca son herramientas que permiten tener un esquema general para la identificación de áreas prioritarias. En las subcuencas se pueden definir las estrategias para la planeación y gestión de la misma y las microcuencas, al ser de menor escala, proporcionan una vinculación entre la comunidad, los problemas locales y la calidad ambiental del sistema. De esta manera, se genera una conexión entre todas las comunidades que pertenecen a la cuenca por un bien tanto social como ambiental.
Es importante recordar que todo se encuentra conectado y aunque el hombre insista en construir fronteras y divisiones basados en intereses propios, la naturaleza nos enseña que estos límites ya han sido definidos antes de que nosotros pudiéramos reconocerlos siquiera y es nuestra responsabilidad encontrar formas de no alterar aún más esta conexión.
En el planeta, las cuencas hidrográficas delimitan las corrientes de agua de manera natural por el relieve del territorio, originando distintos tipos de escurrimientos que pueden o no tener salida al mar, así como dos condiciones generales de desplazamiento: lóticos; como los ríos donde el agua fluye la mayor parte del año, y lénticos; como los lagos que se encuentran en una estructura de almacenamiento cerrada. Así mismo, en función de la dinámica hidrológica, en la cuenca se reconocen tres zonas principales para la captación (cuenca alta), almacenamiento (cuenca media) y la descarga (cuenca baja) del agua; esta última zona es donde se acumulan los impactos de toda la región.
En las cuencas hidrográficas se llevan a cabo tanto el ciclo hidrológico, como el desarrollo humano en su entorno, el cual está estrechamente asociado a la disponibilidad de recursos, por lo que la cuenca es un espacio donde ocurre una interrelación e interdependencia entre las comunidades y la naturaleza. Sin embargo, en ocasiones esta estrecha relación resulta en impactos ambientales negativos en la red hidrográfica del sistema, ocasionados por las actividades humanas y sus residuos. Es por ello que en el manejo integral de las cuencas hidrográficas es esencial, reconocer quiénes son todos los actores que participan activa o pasivamente en dichos impactos, de acuerdo a la zona de la cuenca donde tienen lugar, su escala y magnitud.