José Juan Marín
Lejos quedaron los años en que el Doctor Abdiel López Rivera, fallecido el 13 de marzo del 2019, ayer hace cuatro años, puso todo su empeño en fundar el Programa «Micrófono Abierto»: el primer programa radiofónico que hace de «la voz del pueblo» la voz más escuchada de la radio en Michoacán.
Como tributo y homenaje a un hombre público ejemplar van estas palabras, aunque mis palabras no estén a la altura de su testamento cómo comunicador.
Desde aquí, desde este espacio, comparto mi humilde homenaje hacia el ser humano que amó al ser humano, hacia el comunicador que hizo de la comunicación un acto de servicio al prójimo.
Es cierto que el Doctor Abdiel tuvo antes otros espacios y tribunas, como en «Ecos Michoacanos», donde la amistad y el compañerismo de Miguel Sánchez Vargas le permitieron desplegar las alas, descubrir su propio estilo y convertirse en voz de los que no tienen voz.
También, es cierto que Abdiel López Rivera, antes de hacer del periodismo social el horizonte de su vida, fue médico odontólogo y capitán segundo del ejército mexicano, profesiones que le sirvieron para descubrir todo el servicio que se puede hacer al prójimo.
Pero hay algo en él: tal vez las secretas carencias de la infancia, o un afán de ser amor para completarse en los otros, o quizás la poderosa química del corazón, lo que llevó al Doctor Abdiel López Rivera a ser voz de los de abajo y quijote del periodismo social.
La fiera infancia se convirtió para él en la pedagógica infancia, porque quien se gradúa en las cuestas del esfuerzo está listo para servir a los demás, desde la vida pública.
Muy sencillo y muy accesible desde siempre, su don de gentes le abrió las puertas de la vida pública.
Fue un hombre que provenía de lo que Luis Donaldo Colosio llamó “la cultura del esfuerzo”: esa que no se aprende en grandiosos tratados ni en estudios de excepción, sino al ras del piso, en las cuestas del hambre, quemando suela y haciendo milagros con el diario vivir.
Fue en la XEI-Radio Morelia, hace poco más de tres décadas, donde el Doctor Abdiel se topó con la proyección social que da la radio a la palabra, y fue ahí donde, al fundar el programa «Micrófono Abierto», descubrió que quien recibe la investidura de la palabra tiene más responsabilidad que nadie, y algo todavía mejor: que el periodista es el historiador de lo inmediato.
Ahí, en la XEI-Radio Morelia, desde su «Micrófono Abierto», el Doctor Abdiel López Rivera fue el cirujano de los dramas y dolores ocultos del alma social, el cable de alta tensión para que por él se expresaran el ama de casa, la trabajadora doméstica, el estudiante, el campesino y el trabajador de fábrica, diciendo verdades que casi siempre incomodan al político y al poder público.
Por esa razón, «Micrófono Abierto» le dio rostro a una época de la radio rebelde, de la radio social, de la radio comprometida en Michoacán.
Por esa razón, y porque las obras son inseparables de quien las crea, es necesario no olvidar con la inteligencia despierta, no olvidar con la sangre del corazón, no olvidar con las cicatrices del tiempo la gran enseñanza crítica que nos dejó, en presencia y en ausencia, el Doctor Abdiel López Rivera.