Juan García Chávez
El “Himno Patriótico Nicolaita” fue escrito por Donato Arenas López, quien nació en Panindícuaro, Michoacán el 22 de octubre de 1878 y falleció en Morelia el 19 de octubre de 1906. Arenas López compuso ese Himno que fue musicalizado por Francisco de P. Lemus y se cantó solemnemente en la Velada literario musical que organizó el Comité Patriótico Nicolaita el 14 de septiembre de 1899 en el Teatro Ocampo, y de acuerdo al propio texto Arenas lo escribió en Colegio de San Nicolás en 1899, como un tributo a su plantel educativo.
El Himno menciona a Miguel Hidalgo su “Rector Perenne”, y el coro es una arenga a los estudiantes donde expresa los valores de “Libertad, patriotismo y unión”, y en la poesía existe “cierta profecía” y se “vaticina” pues, aunque el poeta no vivió los tiempos de la Revolución Mexicana, a varios nicolaitas que se sumaron a ese movimiento les tocó “¡Tumba o Patria!, ¡Triunfar o morir!”, tal cual lo escribió el vate Arenas. Por cierto, el “Himno Patriótico Nicolaita” fue cantado recientemente a partir del Centenario (2017) de la fundación de la Universidad Michoacana de San Nicolas de Hidalgo.
De acuerdo con Enrique Arreguín Vélez el nicolaicismo no sólo es el haber estudiado en las aulas del Colegio y los “recuerdos gratísimos, amistades, compañerismos sólidos y permanentes y enseñanzas que son básicas para nuestro porvenir, […] En San Nicolás hay algo más que esto y este algo más es lo que en su conjunto llamamos el nicolaicismo.” Y se refiere a la “vigorosa tradición” histórica y liberal del Padre de la Independencia de México, Hidalgo; de José María Morelos; de Melchor Ocampo, quien “protegió, ayudó y quiso a ese Colegio, y que, dentro de él, se conservan su biblioteca, sus instrumentos de física, su telescopio, su testamento original y su propio corazón”, y sobre esos personajes se debe de “seguir su ejemplo de lucha por las mejores causas en el adelanto del país.” Tanto la educación, la tradición, el compañerismo y los elementos básicos positivos que se gestan en el Colegio conducen al concepto de nicolaicismo, mismo que define Enrique Arreguín como el: “interés, conocimiento y participación en los problemas de los seres humanos, no sólo los de nuestro propio país, sino los que afectan a todo el mundo; solidaridad y servicio para con los grupos humanos más desprotegidos, más necesitados de ayuda; lucha contra las situaciones de injusticia y explotación; participación en los esfuerzos humanos por alcanzar niveles de libertad, de bienestar, de salud, de educación y de razonable convivencia, en resumen, una actitud y acción en la vida por lo que consideramos mejor para todos; y con la eliminación de posturas egoístas, personalistas y propósitos de ventajas y enriquecimiento personal. A este “modo de ser” que nos forma en el Colegio de San Nicolás es a lo que nosotros llamamos orgullosamente Nicolaicismo.”
“Himno Patriótico Nicolaita”
Coro
‘¡Nicolaitas’, erguidos alcemos
nuestro viejo, triunfal pabellón!
¡Conservar en el alma juremos
‘Libertad, Patriotismo y Unión!’
I
¡Oh brillante plantel que a la Patria
ofreciste tan altos prohombres:
guarda siempre sus sencillos nombres
como el más envidiable laurel!
Que te traigan los siglos futuros
refulgencias de límpida gloria
y en tu pórtico escriba la Historia:
«¡Honra eterna al ilustre plantel!»
II
Es la Patria la madre amorosa
que nos da protección y ventura:
¡Quien le niega abnegada ternura
no blasone de honor ni virtud!
Al poner esa madre bendita
en tus manos su limpia bandera,
de tu mente y tus brazos espera
una inmensa labor, Juventud.
III
Es patriota quien ama el progreso
quien a nadie posterga ni oprime,
quien ampara y enseña y redime,
quien venera el trabajo y la paz.
¡Que nosotros patriotas seamos!
¡Que rencores y sangre ignoremos,
mientras ruta sin sombra pisemos
bajo el son de feliz libertad!
IV
Es patriota quien fiero rechaza
extranjeros ultrajes villanos
y en las filas de nobles hermanos
sabe siempre leal combatir.
¡Que nosotros así! Como lema,
del bregar en los rudos momentos,
escribamos con signos sangrientos:
«¡Tumba o Patria! ¡Triunfar o morir!»
V
Nunca mudos e inermes cedamos
a la fuerza ni al pérfido engaño,
cuando a México quiera un extraño
hacer presa de torpe ambición.
¡Como roncos estruendos salvajes
del volcán que terrible revienta,
así ruja la brava tormenta
de guerrero, indomable furor!
VI
Sí algún día la Patria nos pide
que salvemos su augusto derecho,
presentemos altivos el pecho
el instante de lucha al sonar.
De nosotros el mundo pregone
que bebimos en fuentes serenas
con las vividas luces de Atenas
la firmeza de Esparta inmortal!
VII
¡Héroes nuestros, los firmes, los nobles,
los de anhelos grandiosos henchidos,
y en la fosa insaciable caídos
por cumplir un sublime deber!
¡Levantaos y mirad que en nosotros
vuestra férvida raza perdura,
y llenando las almas fulgura
vuestra digna y enérgica fe!
VIII
Cuando intenten ajenos pendones
sin decoro humillar nuestra tierra,
y un clamor iracundo de guerra
a los montes obligue a temblar.
Surge Hidalgo del polvo, y escucha
que subiste en nosotros tu grito:
¡Resonando con eco infinito
de otros labios heroico saldrá!
IX
¡Juventud, al arder nuestra sangre
con patriótico fuego sagrado
y al pensar que nos hubo tocado
en un suelo de héroes nacer.
Nos impulse la grande energía
del que afán nobilísimo siente
y entusiasmo febril nos aliente
y al “mañana” esperemos de pie!
X
La virtud del amor a la Patria
nuestras almas alumbre y ensanche
y jamás con su bruma nos manche
un padrón de ignominia fatal.
Que por siempre orgullosos digamos
en un canto de homéricas notas:
¡Con nosotros están los patriotas!
¡Con nosotros los buenos están!
Coro
¡Nicolaitas, erguidos alcemos
nuestro viejo, triunfal pabellón!
¡Conservar en el alma juremos
Libertad, Patriotismo y Unión!