Dr. Julián Rodríguez Sesmas

Durante la gestión de Adolfo Ruiz Cortines la política educativa fue de continuidad con respecto a su antecesor, pero con menos actividad, es decir las autoridades correspondientes se dedicaron a aumentar numéricamente las escuelas, los maestros y los alfabetizados.

Biografia de Adolfo Ruiz CortinesAsí el Presidente Adolfo Ruiz Cortines decía: “Nuestras escuelas sienten la más alta misión: crear en el espíritu de los alumnos la indestructible solidaridad que exigen los genuinos intereses de la patria, educándolos para la democracia, la libertad y la justica con el designio de realizar las grandes tareas que requiere el mejoramiento general de los mexicanos y la grandeza nacional”.

“La enseñanza en México basada en los principios democráticos que consagra la constitución, tiende a capacitar al pueblo para la conquista de su bienestar económico y social, para afirmar el concepto de la libertad y de la dignidad de la persona humana y acrecentar el patrimonio cultural de la nación”.

El resultado de la tendencia educativa llevó a las autoridades del ramo a dejar básicamente en manos de los maestros, la responsabilidad de desarrollar los métodos y los sistemas de enseñanza que creyeron convenientes o en la mayoría de los casos, que les resultaron más fáciles de aplicar.

Por otra parte, y tomando en cuenta la efervescencia política que entonces mostraba el magisterio, el presidente Ruiz Cortines señalaba:

“Acordes con nuestras tradiciones de libertad y de respeto al derecho, pugnamos por estructurar con espíritu cívico y moral la escuela mexicana y fijar las normas político-educativas del magisterio ejecutor de esta gran tarea”

Sin embargo, como consecuencia de la situación tan lamentable en que se encontraban los maestros, surgió un fuerte movimiento magisterial con el fin de presionar a las autoridades para que se les mejoraran las condiciones económicas, sociales y políticas; la respuesta a este movimiento se dio en términos de mayor control del movimiento normalista y la corporativización del sindicato del magisterio.

Aunado a esto, otro resultado de la política educativa de este sexenio fue la ampliación de los servicios educativos privados, ya que se recurrió con mayor énfasis a la iniciativa privada para que interviniera en el campo educativo y en menor medida para que realizara donaciones para incrementar los servicios de esa índole.

Ahora bien, en lo que respecta a la ampliación del sistema educativo durante este sexenio, se prosiguió con la construcción de escuelas y se otorgaron 14 mil nuevas plazas; en el nivel profesional se ampliaron y se terminaron de construir algunas instalaciones de la UPN y de la UNAM. Otras de las actividades que se llevaron a cabo, y que se habían promovido desde el sexenio anterior, fue la instalación de Tecnológicos Regionales a fin de cubrir la demanda de técnicos en distintas especialidades, y al finalizar este sexenio ya el número de estos establecimientos ascendía a ocho. Cortines in Mexicali, 1951

Apuntando en otra dirección y no obstante que las realizaciones y resultados en el ramo educativo durante este sexenio no fueron muy relevantes, los recursos económicos canalizados hacia este sector fueron considerables como lo muestran los datos siguientes:

La Secretaría de Educación Pública durante los 8 años de este periodo gubernamental realizó erogaciones por 4,673 millones de pesos que se distribuyeron así:

En educación fundamental 2,981 millones de pesos, que corresponden al 63.82% del costo total de los servicios educativos efectuados por la Secretaría del ramo; de este total se destinó a cubrir los sueldos, gastos y adquisiciones 2,773 millones y el resto 207 millones para las construcciones.

En educación media se gastó poco más de 647 millones (13.8% del total) y su distribución fue de 589 millones para sueldos, gastos y adquisiciones, y apenas 765 millones (16,32 % del total) de los cuales correspondieron a suelos y los otros conceptos; 703 millones y 61 millones para construcciones. Finalmente, lo destinado a cultura popular fueron 280 millones de pesos (6% del total); 250 millones a sueldos y otros gastos y 29 millones a construcciones.

Las cifras antes citadas comparadas con las del sexenio alemanista nos dan un incremento de recursos sumamente importantes en cada uno de los renglones, dando por resultado que en 1958 el presupuesto de la SEP fue de 1,153 millones de pesos, los que representaban el 13.7% del presupuesto general de la federación, y apenas el 0.9 del PNB el cual ascendió a un poco más de 127 millones de pesos.

En este mismo año de 1958, el gasto educativo nacional alcanzó la cifra de 1,897 millones de pesos, un 1.5% del PNB. En este gasto total, el 88.62% fue cubierto con fondos públicos, la SEP aportó el 60.82, otras Secretarías el 2.82, las entidades federativas 21.62%, y los municipios 3.62 y el 11.2 restante fue la inversión efectuada en las instituciones educativas privadas.

Resultados Cuantitativos

Sin embargo, la existencia de todos estos recursos, no aliviaron la situación tan angustiosa en que se encontraba la educación. El mismo presidente Ruiz Cortines ya al finalizar su administración, durante su informe presidencial señaló: “No obstante los esfuerzos realizados, la situación actual de la enseñanza primaria es así: los niños en edad escolar en el país suman 7.4 millones, se inscribieron en escuelas federales 2.9 millones, y 1.5 millones en escuelas estatales, municipales y particulares, en suma 4.4 millones, por lo que 3 millones de niños quedaron al margen de la enseñanza”.

En otra ocasión dijo: “La campaña contra el analfabetismo es también del más impostergable interés nacional, porque no obstante su elevada y altruista mira, todavía de cada dos compatriotas una no lee ni escribe”. A pesar de lo anterior, fue este y el anterior sexenio cuando más decae esta campaña.

Si a esta situación le agregamos que, de cada 1,000 niños que se inscriben en el primer año de primaria, 866 se quedan en el curso de ella, y 471 abandonan la escuela principalmente en el primer grado, que solamente 59 logran ingresar a la secundaria, solo 9 llegan a la preparatoria o un equivalente y en el nivel profesional de los que llegan 5 desertan, así que de los 1,000 niños que ingresan al nivel educativo solo uno concluye.

En términos generales, al finalizar el sexenio en 1958, los resultados de la acción educativa desplegada, habían permitido que cerca de 4.6 millones de niños recibieran atención educativa, los que representaban el 61% de la población de 6 a 14 años.

 

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