Por Arturo Chacón Torres
Panorama Ambiental A.C.
En la actualidad el cambio climático es uno de los procesos atmosféricos que más afectan y preocupan a la población mundial. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) con fundamento en los estudios realizados por el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) ha señalado que los cambios en el clima del planeta y sus efectos adversos son de magnitud global debido a que las actividades humanas han ido aumentando progresivamente la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Este incremento intensifica el denominado calentamiento global que incrementa la temperatura promedio de la superficie terrestre y de la atmósfera lo que en consecuencia incide de manera adversa en los ecosistemas naturales.
Aunque en el transcurso de la historia del planeta se han presentado diversos procesos de cambio climático el que se desarrolla en la actualidad es consecuencia directa de las actividades humanas a partir de la revolución industrial de finales del siglo XIX con el consumo de los combustibles fósiles, la sobreexplotación y destrucción de los recursos naturales, la descomposición de los residuos orgánicos y el indiscriminado cambio de uso del suelo.
Los eventos derivados del cambio climático son contundentes y se manifiestan con un incremento en la temperatura promedio, reducción en la cantidad de lluvia, mayor frecuencia de eventos climáticos extremos como los huracanes, el deshielo de los casquetes polares, el incremento en el nivel del mar, mayor frecuencia de ondas de calor, islas de calor urbanas, inundaciones, escasez de agua y sequías prolongadas.
Estos eventos ocasionan una sustancial reducción en la producción de alimentos, modificaciones e incluso pérdidas en la biodiversidad, incremento de incendios forestales, mayor incidencia de enfermedades asociadas a vectores, desequilibrios económicos, confrontaciones sociales y finalmente en algunos casos extremos la pérdida de la gobernanza.
Para enfrentar al cambio climático se celebró en el año de 1997, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático celebrada en Japón y que concluyó con el Protocolo de Kioto, para reducir las emisiones de seis gases de efecto invernadero incluyendo el bióxido de carbono (CO2), metano (NH4), óxido nitroso (N2O) y tres gases industriales fluorados como los hidrofluorocarbonos (HFC),perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6)Sin embargo, compromisos y acciones entraron en vigor en el año de 2005 con la participación de 187 países.
Posteriormente la misma Convención elaboró el Acuerdo de París que fue adoptado por 196 países en la Conferencia de las Partes (COP21, por sus siglas en inglés) en París, el 12 de diciembre de 2015 y que entró en vigor el 4 de noviembre de 2016. Para el año 2010 la temperatura promedio del planeta había alcanzado un incremento de 0.76°C.
Por ello el acuerdo de París tiene como objetivo mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2.0 °C con respecto a los niveles preindustriales, continuar los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1.5 °C con respecto a los niveles preindustriales, reconociendo que ello reduciría considerablemente los riesgos y los efectos del cambio climático.
Además, ahora es necesario aumentar la capacidad de adaptación a los efectos adversos del cambio climático y promover la resiliencia al clima y un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, bajo un modelo productivo que no comprometa la producción de alimentos; Una acción más es elevar los aportes financieros a un nivel compatible con una trayectoria que conduzca a un desarrollo resiliente frente al clima y con bajas emisiones de gases de efecto invernadero.
Los sectores de energía y transporte han avanzado en la generación de nuevas tecnologías de cero emisiones, creando nuevas oportunidades de negocios, en los sectores económicos que ya representan el 25%. Para el año 2030, las soluciones de cero emisiones de carbono podrían ser competitivas en sectores que representan más del 70 % de las emisiones mundiales.
El horizonte de trabajo es todavía un gran reto para cumplir ya que las nuevas tecnologías no siempre son accesibles a la mayor parte de la población y el proceso de degradación de los ecosistemas terrestres, marinos y acuáticos es todavía más evidente especialmente en aquellos países en desarrollo en donde el crecimiento demográfico, la producción de alimentos y la extrema pobreza son todavía procesos sin resolver.
Sin embargo, es de fundamental importancia iniciar con acciones locales que sume al esfuerzo global de las naciones, para disminuir los efectos del cambio climático, incluyendo la reducción de las emisiones utilizando el transporte público, bicicleta o caminando, ahorrar energía apagando y desconectando aparatos, cambia las los dispositivos de iluminación por ahorradores de energía, reciclar y reutilizar los materiales bajo un enfoque de economía circular, elaborar composta para el aprovechamiento de los residuos orgánicos, democratizar con tecnología propia las energías renovables, defender los bosquesfrente al cambio de uso de suelo e incrementar su cobertura mediante la reforestación de especies nativas y/o endémicas, realizar captura de agua de lluvia y un aprovechamiento responsable del agua y disminuir la temperatura urbana incrementando las superficies forestales por habitante.
Todas estas son acciones locales que en conjunto ayudan a mitigar los efectos del cambio climático en el planeta, para transitar hacia un modelo de mitigación y adaptación al cambio climática con un enfoque de bienestar para las presentes y futuras generaciones.