Rogelio Raya Morales

Me preguntaban, hace días unas compañeras y compañeros, qué debemos entender por la Cuarta Transformación o Proyecto Político Social de Andrés Manuel López Obrador, construido a lo largo de incontables y heroicas luchas del pueblo mexicano desde hace muchos años.

Lo primero que se me vino en mente, fue mencionarles los diez puntos que constituyen el Programa Social de la 4T.

En seguida pensé en escribir un texto, quizá más sencillo, que englobe todo lo anterior y de una respuesta, con cierto rigor, que ayude en la lucha ideológica que tenemos contra la ultraderecha, pero también que sirva para la formación política e ideológica de nuestros compañeros comprometidos en este cambio. Quizá estas líneas ayuden un poco.

La Cuarta Transformación:

La 4T significa un cambio de política pública, de modelo de desarrollo socioeconómico, de régimen político (hasta donde se alcance a llegar en medio de las fuertes contradicciones con los defensores del mismo, hasta dónde se tenga voluntad política para avanzar, ese es otro aspecto del Proyecto, no tocado aquí).

La 4T, significa reemplazar el neoliberalismo por una política de estado que promueva y que se imponga, como objetivo central, alcanzar, y aumentar en ciertos estratos sociales de manera significativa, el nivel de bienestar de nuestra población mayoritaria. Lo de mayoritaria, es porque esto se ha convertido, no sólo en una necesidad, obligación y compromiso social, sino en una condición de existencia material o física de nuestra propia sociedad.

Sólo que, para lograr este objetivo de bienestar, hay que darle un nuevo rumbo a todo el sistema económico y social en su conjunto, es decir, desplazar el neoliberalismo.

¿Qué significa acabar con el neoliberalismo? En la negación que hacemos de él, encontraremos, también, su definición.

Detener las privatizaciones de los recursos naturales de la nación (Minas, playas, bosques, aguas, ríos, costas, en general toda la riqueza del subsuelo, etc.). De Bienes económicos que constituyen parte del patrimonio o riqueza social que nuestra sociedad ha creado a lo largo de la historia (Empresas estatales, Pemex, CFE, procesos productivos y de comercialización, etc.). De servicios sociales esenciales, que nos humanizan (educación, recreación, salud, derecho a la vivienda, derecho a un empleo decente, derecho a una seguridad social íntegra, etc.) y que son satisfactores básicos y esenciales para nuestra población. Una demanda que se impone, es dignificar nuestro libre tránsito por todos los rincones de nuestra patria. El cobro de carreteras significa la mayor afrenta a los mexicanos y una forma descarada de apropiación de recursos de manera ilegítima e injusta.

Detener las desregulaciones en favor de los grandes capitalistas y en contra de los intereses de las mujeres y de los hombres económicamente activos. Alto a las reformas y eliminación de todas aquellas impuestas en contra de los derechos laborales de los trabajadores, de éstas y las nuevas generaciones.

Recuperación del salario real alcanzado durante las décadas de los años sesentas y setentas, y deteriorado desde entonces, con base en la teoría de la flexibilización de las relaciones laborales, casi siempre en perjuicio de los trabajadores, y que tenían como argumento la flexibilización e incrementos «reales» a la productividad del trabajo.

Recuperación de nuestros valores y de formas más humanizadas de convivencia social. Éstas se degeneraron con los valores propios de una forma dramáticamente salvaje de administrar el capitalismo. Y aunque no se pretende, por mi parte, pensar en que la solución a nuestros problemas es sólo embellecer o quitarle filos al capitalismo, sí lo considero una forma de ir avanzando en la lucha de la clase trabajadora por un mundo ajeno a la explotación del hombre por hombre.

Recuérdese que una conquista muy cercana a nosotros es la jornada de 8 horas, la cual en su tiempo se veía como algo imposible, como un embellecimiento del capitalismo y que ahora vemos que es un acercamiento a una nueva forma de sociedad. Pronto, la consigna mundial de reducir en cuatro horas  la actual jornada de trabajo y de establecer el salario universal, ya presente en algunos países, será retomada por todos los trabajadores y todas las sociedades y, también, serán conquistas históricas de los trabajadores y de nuestro tiempo, es decir,  no sólo una respuesta a las cambiantes o revolucionadas contantemente fuerzas productivas, que tienen como motor las grandes revoluciones científico tecnológicas de las últimas décadas, sino también como una respuesta y un avance en la lucha general contra el sistema clasista actual.

La 4T plantea una revolución de las conciencias. Sí. Todo proceso de transformación debe ir precedido por una nueva forma de pensarnos a nosotros mismo y de pensar en la relación que debemos establecer con los demás. Con las mujeres, con las minorías de todo tipo, que no son otra cosa que nuestra otredad, una realidad diversa frente a nosotros y no contra nosotros.

La lucha de género, e incluso de otros derechos de minorías mal entendida, pretende enfrentarnos entre nosotros mismos. Esto es algo esencial que debemos cambiar. Debemos entender que un verdadero cambio histórico hacia adelante, requiere de todos. De los diversos y de los más iguales. La gran unidad dentro de la diversidad. Una consigna antigua decía: El revolucionario que busca transformar la sociedad debe de transformarse primero. Esto no tiene nada que ver con los insultantes cursos de relaciones humanas de autoestima y cosas por el estilo, muy socorridos por las administraciones hipócritas que derrochan, malgastan y desvían, por esa vía, muchos recursos que se otorgan en forma de prerrogativas y que, acertadamente, se busca eliminar en la próxima reforma electoral, a los partidos políticos actuales.

Ser una sociedad sin las grandes desigualdades que hoy nos aquejan. En un polo social, el 90% de la sociedad sobreviviendo, y un pequeñísimo 0.001 por % con recursos increíbles, tan grandes que una pequeña porción de éstos servirá para aliviar males de una buena parte de los habitantes de la tierra.

Salvar la naturaleza. Conservar y desarrollar nuestro medio natural, es una condición de vida material y biológica de nosotros mismos. Una nueva relación más armoniosa con la naturaleza será un reflejo de nuestro avance social y humano. Esto nos implica repensar todos los procesos de producción actuales basados en el mayor desprecio y derroche de recurso, y no sólo de los naturales, sino del propio trabajador.

Ser autosuficientes en la producción de nuestra base alimentaria. Es cierto que se deben establecer nuevas relaciones también entre las demás naciones del mundo que configuren un nuevo orden mundial más razonable y humano, sin los excesos de egoísmo y desprecio por los demás que exhibe el actual modelo mundial de relaciones entre las naciones, sin embargo, nadie puede renunciar al objetivo de producir en su entorno lo básico de su manutención. Un principio de vida que permitió a la humanidad avanzar durante miles de años.

Finalmente, como ya se ha dicho, el modelo neoliberal no es tan eficiente cómo se ha pregonado, antes bien ha hecho decrecer la riqueza social, ha incrementado a niveles insospechados la desigualdad y ha producido un acaparamiento de la riqueza de lo más irracional, egoísta e insospechado que se haya vista hasta ahora.

En este proceso de desigualdad, de neoliberalismo impuesto, la corrupción, y no sólo en México sino en todos los países en los que se ha establecido y con los que se ha relacionado, ha sido su hilo conductor.

Eliminar la corrupción y su otra cara, la impunidad, se vuelve un objetivo inmediato, necesario y su desplazamiento real de nuestras relaciones sociales, será el reflejo de cuánto logramos avanzar.

¡Esto es la 4T¡.Cada punto puede dar lugar a teorizaciones mucho más profundas, a divergencias e incluso a contradicciones, pero siempre será mejor entender primero para luego aplicar la crítica dialéctica. Ese es el camino para avanzar en la teoría y en la práctica por un mundo nuevo. Adelante compañeros. Apenas una pizca de la mucha reflexión que hoy necesitamos para hacer avanzar y consolidar el cambio.

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